Comentario
La puesta en práctica de algunas disposiciones trentinas afectó directamente a la policromía de imágenes, manifestándose un cambio radical que inicia la fase contrarreformista. Trento y los Sínodos prohibieron las cosas que causan o pueden causar indecencia e indevoción y pintar historias deshonestas, impidiendo así la representación de motivos fantásticos o grutescos que se vieron sustituidos por un estofado más naturalista a base de niños, pájaros y rameados, trilogía temática repetida hasta el siglo XVII y que los condicionados denominan "cosas bibas". En 1602 el pintor Mateo Martínez de Segura señalaba que en el sagrario de la iglesia de San Juan de Miranda de Ebro debían hacerse... "algunas cosas bibas de todos colores". Todos estos motivos se articulan mediante el rameado o follamen utilizado en la policromía del retablo de Astorga, pintado a partir de 1569 por Gaspar de Hoyos y Gaspar de Palencia. Brocados, damascos, piedras y algunas miniaturas religiosas completan los motivos estofados, pintados a base de una gama reducida de colores, azul ceniza, carmín de indias y verde montaña, la consabida tripleta luminífera. Tanto en el dorado como en las carnaciones predomina el mate, aunque en Astorga es a óleo de pulimento. Estas características se observan en las policromías de los retablos de La Magdalena de Valladolid (1575), Tafalla (1596, Juan Landa) o la catedral de Burgos (1593, Diego de Urbina y Gregorio Martínez).