Comentario
La explotación agropecuaria será la base económica de la sociedad helénica. Los ciudadanos eran, en primer lugar, propietarios de tierras y ganados. La posesión de la tierra era un derecho de la ciudadanía en la mayoría de las poleis, llegándose a perder este derecho si se perdía la tierra, como ocurría en Beocia. La propiedad constituida por la casa, los bienes muebles que contenía, las tierras y los esclavos recibía el nombre de oikos y en él se desarrollaba la vida familiar. La parcela de tierra propiedad del dueño de un oikos recibía el nombre de kleros, tierra vinculada a la familia.
Las fuentes que nos permiten conocer la situación agropecuaria helénica no son numerosas pero sí exhaustivas: la obra de Hesiodo "Los trabajos y los días" se dedicó a las labores del agricultor; en algunos cantos de la "Odisea", Homero nos narra la vida en el campo; el diálogo "Económico" de Jenofonte es de gran importancia para conocer el estado de la agricultura en el siglo IV a.C. -no en balde, la definición de economía es el arte de dirigir un oikos-.
La sociedad no veía con buenos ojos las formas de ganarse la vida que no estuvieran relacionadas con el trabajo agropecuario, dedicándose a ellas tanto esclavos como metecos. La tierra por lo tanto se convertía en el primer vehículo de la economía, vinculándose a las clases dirigentes, aunque en aquellas ciudades donde la democracia era la forma de gobierno no estaba tan acentuado esta auténtica "obsesión" por la tierra. Los beneficios obtenidos en el oikos generalmente se reinvertían en el campo, aunque también podían desviarse a otras formas de inversión, como pequeños talleres en los que trabajaban esclavos.