Época: Roma
Inicio: Año 753 A. C.
Fin: Año 476

Antecedente:
El ejército romano



Comentario

La expansión del poder romano se basó en la fortaleza de sus legiones. Los campamentos de legionarios aseguraban la protección de las provincias de tan vasto territorio, que abarcaba 60 millones de habitantes. El campamento militar, organizado siempre de la misma manera, era un reducto que imitaba la ciudad de Roma, un espacio romano asentado en medios provinciales.
Al final de la marcha, las legiones levantaban campamentos siempre con el mismo trazado, aunque el tamaño variaba según albergase una cohorte, una legión o un ejército entero. Si el ejército quedaba estacionado durante mucho tiempo, el campamento se convertía en semipermanente o permanente, siendo levantado con materiales más duraderos.

Rodeado por un foso y un muro y de planta rectangular, lo cruzaban dos grandes vías, que daban a su vez a cuatro puertas. Las partes principales eran el praetorium, donde se asentaba el Estado Mayor, el forum, para celebrar las asambleas militares y la sala de los estandartes, aedes signorum. También se situaba el tribunal, donde el gobernador administraba justicia, y el auguratorium, para la consulta augural de la voluntad de los dioses, que era realizada por el propio gobernador sirviéndose de manuales al uso. Las legiones se disponían en hileras paralelas de tiendas, en cuyos extremos se situaba la del centurión.

Según los relatos de los autores antiguos, en los campamentos romanos había buhoneros y prostitutas indígenas. También nos hablan de la baja moral de los soldados, que no tenían excesivo interés en volver a Roma para pasar a engrosar las filas de los desheredados de las ciudades. Además, muchos de ellos establecían sólidos vínculos con las poblaciones locales.