Época: Cristianismo
Inicio: Año 1
Fin: Año 2000




Comentario

La primera vez que aparece el título de cardenal es durante el pontificado de Silvestre (314-335), quien utiliza la palabra para designar a sus principales asistentes. Cardenal proviene del latín cardo, es decir, bisagra, aludiendo a la función de intermediario o transmisor del cardenal que el cardenal desempeña entre el Papa y la Iglesia.
Originalmente, el título recaía sobre personas que estaban al servicio de una iglesia o diaconía, aunque después fue utilizado para designar a los responsables de las Iglesias titulares de Roma y de las iglesias más importantes de Italia y del extranjero. A partir de la Edad Media, más concretamente con el Papa Nicolás II, el título fue adquiriendo gran prestigio.

Los cardenales se integran en el llamado Colegio Cardenalicio, una institución que data del año 1150. Al frente está un Decano -el obispo de Ostia- y un Camarlengo, encargado de administrar los bienes eclesiásticos cuando el Papado está vacante. El Decano es elegido de entre los cardenales del orden episcopal con título de una iglesia suburbicaria, es decir, de una de las siete diócesis más cercanas a Roma: Albano, Frascati, Ostia, Palestrina, Porto-Santa Ruffina y Velletri-Segni.

La función del Colegio Cardenalicio es la de elegir al nuevo Papa y asistirle tanto de manera colegiada como personal.

A lo largo del tiempo ha variado el número de cardenales que integran el Colegio, siendo una constante su crecimiento. En los Concilios de Constanza (1414-18) y Basilea (1431-37) se limitó el número de cardenales a 24, aumentando a 70 con Pablo IV y a 76 con Pío IV (1559-65). En 1586 Sixto V fijó su número en 70, aunque luego fue aumentado hasta los 144. El Papa Pablo VI incluyó en el Colegio a los Patriarcas orientales en 1965.

La composición de sus miembros refleja la universalización de la Iglesia católica. Los cardenales deben cumplir requisitos cuya antigüedad se remonta al Concilio de Trento (1563): deben ser hombres ordenados sacerdotes y caracterizados por su doctrina, piedad y prudencia.

Cuando el Papa necesita del consejo de los cardenales convoca un Consistorio, que puede ser ordinario o extraordinario. Siempre bajo la presidencia del Papa, el Consistorio ordinario congrega a los cardenales presentes en Roma, otros obispos, sacerdotes e invitados. El extraordinario está integrado por todos los cardenales, reuniéndose para una cuestión de especial relevancia.

Pero la función más relevante de los cardenales es la de elegir a un nuevo Papa, un desempeño que llevan realizando desde 1059. Cuando el pontífice romano ha fallecido, el Colegio Cardenalicio asume también el gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano.