Época: India
Inicio: Año 272 A. C.
Fin: Año 2003

Antecedente:
El budismo



Comentario

En los primeros tiempos del budismo, durante el llamado periodo theravada, la imagen de Buda, por definición y según los textos budistas irrepresentable y carente de forma, estuvo prohibida, utilizándose en su lugar símbolos que aludían a su presencia. Sin embargo, con la dinastía Kushana, hacia el año 150 a.C., la intención de divulgar los principios de la doctrina budista mahayana ("gran vehículo de predicación") hace que comience a surgir la imagen de Buda como ser humano, dotado de un lenguaje adecuado para su comprensión por pueblos diferentes, especialmente los ubicados en el occidente de la India, cuyas culturas se caracterizan por su antropocentrismo.
A partir de este momento la iconografía de Buda le presenta con atributos suprahumanos (lakshana), que lo distinguen de los hombres. Estos son las vestimentas de monje, los pies descalzos y el cíngulo monacal, alusivo a su vida como monje mendicante. También aparece Buda con un moño (usnisha) que representa la concentración espiritual y el ascetismo, una marca entre las cejas (urna) o "tercer ojo", reflejo de su capacidad trascendente, un nimbo de santidad sobre su cabeza y los lóbulos de las orejas alargados, rememorando las joyas que lo adornaron y a las que renunció para dedicarse a una vida espiritual. Por último, la imagen gana un aire de serenidad y placidez gracias a sus ojos entornados, el cuello lleno de pliegues y la sonrisa de la boca.

Pero es importante también la postura que Buda adopta. Los gestos de las manos (mudra), en combinación con la postura corporal, representan diversos pasajes de la vida de Buda. Las posturas de las manos y las de los dedos (hastas) simbolizan diferentes actitudes de Buda y transmiten mensajes diversos:

- Katyavalambita: apaciguar el dolor.

- Añjali: saludar.

- Katakamukha: sujetar una flor.

- Cinmudra: meditación.

- Varada: conceder una merced.

- Kartarimukha: sujetar un arma.