Época: África
Inicio: Año 5000 A. C.
Fin: Año 1900




Comentario

Desde su emergencia a la Historia, África se nos presenta poblada por gentes cuyas lenguas y hablas suelen integrarse en tres grandes grupos. Por un lado, las llamadas lenguas carrito-semíticas; por otro, las lenguas negroafricanas y, finalmente, un tercero, hoy muy reducido, el de las llamadas lenguas khoisanidas. A estos tres grupos podríamos sumar el de los malgaches, de Madagascar, de clara influencia indonésica.
El primer grupo integra a su vez tres familias que son denominadas respectivamente semítica, beréber y kuchita. La primera afecta principalmente a todo el África septentrional, desde Marruecos hasta Egipto, pero también Etiopía y Eritrea, ámbitos éstos en los que conviven con lenguas del grupo kuchita. Por su parte, el grupo beréber se manifiesta sobre todo en la llamada África Menor y en el Sahara, e incluye entre sus más arcaicas manifestaciones el tifinagh y el guanche, es decir, el de los aborígenes de las islas Canarias. El grupo kuchita, también denominado camítico, abarca un área geográfica que va desde el Nilo Medio al mar Rojo y parte del país etíope y Somalia, así como otros enclaves repartidos en diversas zonas sudanesas del Oeste (sur del Sahara).

Por lo que se refiere a las lenguas negro-africanas, se diferencian varios grupos. Ante todo, el habla un tanto imprecisamente llamada sudanesa. Su área coincide a grandes rasgos con la geográfica del África tradicionalmente conocida como occidental, precisándose sus límites de la siguiente forma: su frontera sur, corriendo a lo largo de la costa, a partir del río Senegal, en el golfo de Biafra, y que a su vez constituye el límite de los que en Camarones fueron al Camerún inglés y el Camerún francés. Esta línea se prolonga al interior en dirección este y luego sudeste, hasta llegar al río Ubanghi. Continúa paralela a este río, aunque algo más al sur de su curso llegando al Alto Nilo, asciende hacia el norte con éste y se separan luego hacia el oeste, tras subir también hacia el norte en el Sudán central (Uadai, Dafur, etc.); discurre después por el Chad y, tocando el recodo del Níger, continúa en dirección occidental hasta la costa senegalesa. Los africanistas no han conseguido probar la existencia de un tronco común y, por otro lado, dentro del conglomerado sudanés han advertido diversos grupos: así el nigrítico mande, el semibantú y el sudanés del interior.

Para diversos autores, las poblaciones asentadas en la mitad sur del Sudán oriental pertenecen a otro grupo lingüístico distinto del sudanés, el nilótico, que se caracteriza por agrupar una serie de lenguas que parecen participar de características camíticas por un fenómeno de vecindad. Por otro lado, se presentan grupos nilóticos mezclados entre las poblaciones semíticas y camíticas del África del noreste (Abisinia occidental), Uganda e, incluso, Kenya, donde se han detectado islotes de estas tribus.

La línea señalada como límite meridional de las lenguas sudanesas nilóticas y, en general, de las carrito-semíticas, nos sirve de frontera norte de las lenguas bantúes, que vienen a constituir un tronco de clara unidad. Hoy los etnolingüistas han llegado a reconstruir con técnicas de laboratorio la lengua madre -primer bantú- que dio origen a todas ellas hasta llegar a ocupar toda la mitad sur de África, con excepción de los islotes constituidos por las lenguas khoisánidas.

Aun cuando se ha hecho tópico hablar de un grupo camito-semita, es obvio que en el África negra sólo se manifiestan lenguas semíticas en la región abisinia o etíope y ello desde tiempos antiguos son utilizados incluso en literatura escrita, pese a la influencia camita. A su vez, el árabe se ha propagado a las ciudades de la costa oriental y a diversas zonas islámicas del centro y oeste sudanés.

Están también otros grupos, mejor o peor clasificados, como las lenguas de los negritos. Hay que señalar que los pigmeos no están suficientemente estudiados desde una perspectiva lingüística. En los últimos lustros se han perdido así muchos dialectos, más al adoptar los pigmeos la lengua bantú de su entorno, aunque haya grupos que conserven su lengua vernácula.

Por lo que se refiere a las lenguas khoisánidas, cabe señalar que tanto el habla hotentote como la bosquimana son aglutinantes. No obstante, se dan muy claros caracteres diferenciales, independientemente de sus respectivas formas sintácticas y la existencia de los llamados "clicks" entre los bosquimanos. Con respecto al hotentote, algunos estudiosos lo consideran derivado del camítico y otros emparentado al koi-san o khoisánida, con el que pudo constituir un tronco común.

Actualmente en el África negra conviven con las lenguas vernáculas el inglés y francés, lo que lleva a la creación de aberrantes neologismos que incluso se producen con la introducción de la informática en la educación de las nacionalidades políticas surgidas con la descolonización.