Comentario
Los complicados ritos funerarios constituyen el núcleo de la vida social y estética de los pueblos de Nueva Guinea, ya que implican no sólo a la familia del difunto y a toda la aldea, sino a otras unidades sociales diferentes.
Los funerales tienen dos fases: la propia muerte del individuo y el consiguiente período de luto, que puede durar varias semanas, y las ceremonias conmemorativas o funerales que pueden tener lugar años después, cuando el clan ha reunido la suficiente riqueza como para satisfacer su orgullo de anfitrión.
Los objetos más utilizados en estos rituales son los siguientes: Escultura exenta. Una vez seca la madera en que se va a tallar la figura se procede a darle color: primero el fondo blanco de cal; a continuación los ocres, los negros de carbón y los verdes y azules que son tinturas vegetales. Unas veces, estas figuras representan al difunto cuyos funerales se celebran. En este caso el modelo no es aleatorio, sino que el diseño suele ser propiedad particular de algún anciano de la tribu que vende a la familia el copyright. Otras representan espíritus ancestrales, o incluso pueden tener connotaciones místicas. El dinamismo de su efecto visual, realzado por la alternancia de colores, procede del conjunto, más que del detalle. El pintor compartimenta las superficies en áreas muy pequeñas, sobre todo allí donde el color no tiene un significado determinado, como los dientes, en los que alterna el negro y el blanco. El número de motivos es limitado y su disposición reiterativa. Las superficies blancas se rellenan con líneas paralelas rojas, formando óvalos o rombos en formación vertical u horizontal; se emplean, también, motivos escaleriformes, triangulares, zig-zags, series de trazos perpendiculares a un eje longitudinal, líneas rematadas en triángulos, etc. Los motivos se asocian unos a otros de una forma determinada.
Postes funerarios.- A veces tienen diversas figuras adosadas y varios metros de altura, todo ello trabajado en una sola pieza. Las características formales de las figuras son parecidas a las de las esculturas exentas, pero el trabajo es más descuidado. Es posible que, como éstas, representen al difunto.
Máscaras.- Constituyen algunas de las más impresionantes creaciones de todo el Pacífico, y son inconfundibles. Se utilizan en las danzas ceremoniales. Algunas son personales y representan a un difunto concreto, e incluso llevan su nombre; otras representan las almas o espíritus de difuntos no determinados, que asisten a la ceremonia.
Frisos.- Se colocan en las casas malaggan, donde tienen lugar los funerales, formando paneles horizontales.
Las ceremonias malaggan constituyen una ocasión para que los clanes expresen su solidaridad, y han contribuido, durante mucho tiempo, a mantener sus formas económicas, su estructura social y la ideología tradicional.
El último funeral malaggan que se conoce tuvo lugar en el año 1964, en honor de un gran hombre cuyo nombre era Buk-Buk. Duró varias semanas. Sin duda toda la aldea esperó hasta tener el suficiente stock de jabalíes y taro como para que su prestigio quedara asegurado.