Época: Julio César
Inicio: Año 69 A. C.
Fin: Año 44 D.C.

Antecedente:
César, el dictador



Comentario

Desde la guerra civil, César fundamentó sus poderes en dos magistraturas: el consulado y la dictadura, alternadas anualmente (dictadura, 49 y 47; consulado, 48 y 46). Tras la batalla de Tapso, el Senado, entre otros privilegios, le concedió la dictadura por el término de diez años, renovable anualmente, y la cura morum, es decir, la capacidad censoria de vigilancia sobre las costumbres, por tres. En el año 45, César, después de aceptar la magistratura de cónsul único, renunció a ella en favor de dos candidatos ordinarios y asumió, en cambio, la dictadura vitalicia; finalmente, en febrero del 44, eligió el título de dictator perpetuus: se trataba del último paso hacia la autocracia, con poderes apenas diferentes a los de un monarca o un tirano.
Pero a la dictadura añadió otros muchos honores y privilegios, que potenciaron su poder personal y prestigio: los títulos de Liberador y Padre de la Patria; la inclusión, como parte integrante de su nombre, del título de imperator; el uso del manto de púrpura, que los magistrados sólo podían emplear el día del triunfo; el mes de su nacimiento pasó a llamarse como él, julio; el derecho a sentarse en el Senado entre los dos cónsules y ser considerado como princeps senatus; la inmunidad religiosa (sacrosanctitas), reservada a los tribunos de la plebe; el derecho a presentar candidatos a las magistraturas -lo que equivalía a su nombramiento-; el juramento de los senadores a proteger su vida; la concesión de una guardia personal permanente...