Comentario
La derrota infligida por los cristianos a los almohades, el 16 de julio de 1212, ha sido considerada por muchos historiadores como el ocaso de al-Andalus. Sin embargo, tras el análisis de cuanto después ocurrió, el alcance concedido al triunfo de los tres reyes cristianos parece un poco excesivo, aunque todos lo reconozcan como crucial. La caída del Imperio almohade no puede atribuirse en exclusiva, a la pérdida de un ejército más o menos numeroso, y su capacidad bélica no desapareció tras la derrota de las Navas, como prueban sobradamente las razzias que organizaron desde Sevilla, tan sólo un año más tarde. Las razones de la caída del Imperio almohade hay que buscarlas más en el fracaso de su doctrina integrista que en la derrota del 16 de julio de 1212.
De todas maneras, puede afirmarse que la batalla de las Navas de Tolosa cerró las puertas de Castilla-La Mancha a los musulmanes y abrió las de Andalucía a las campañas de san Fernando, lo que supuso un cambio fundamental, no sólo para la historia de España, sino que trascendió a Europa y al Norte de África. El triunfo cristiano tuvo una gran difusión, que se puede atribuir tanto al Vaticano como a la Orden del Císter. También puede decirse que, habiendo abandonado los ultramontanos, la batalla de las Navas de Tolosa fue una cruzada exclusivamente española, pues la victoria correspondió a las tropas castellanas, catalano-aragonesas y a la testimonial presencia de los navarros.
El Monasterio de las Huelgas de Burgos, fundado en 1187 por Alfonso VIII y por su esposa, Leonor Plantagenet, alberga entre sus paredes los testimonios más importantes de la batalla. Allí descansan, rodeados por las voces del canto gregoriano de las monjas cistercienses, el rey y la reina, en magníficos sepulcros de piedra laboriosamente tallada por anónimos canteros del siglo XIII. En Las Huelgas se guardan, también, diversos trofeos y recuerdos de la gran victoria de Alfonso VIII, como el Pendón del Miramamolin y la Cruz de la Batalla, y en sus claustros reposan aquellos esforzados caballeros que acompañaron a su rey en tan memorable hecho de armas.