Comentario
Cómo se acordó que el Almirante volviese con gran armada a poblar la isla Española, y se logró del Papa la aprobación de la conquista
Dióse en Barcelona, con mucha solicitud y presteza, orden para la expedición y retorno del Almirante a la Española, tanto para socorrer a los que allí habían quedado, como para aumentar la población y sojuzgar aquella isla, y las otras que estaban ya descubiertas o se esperaba descubrir. Muy luego los Reyes Católicos, por consejo del Almirante, para más claro y justo título de las Indias, procuraron tener del Sumo Pontífice la aprobación y donación de la conquista de todas aquellas. La cual, el Papa Alejandro VI, que regía entonces el pontificado, concedió liberalísimamente, no sólo en cuanto a lo ya descubierto, sino de todo lo que se descubriese al Occidente, hasta llegar al Oriente en parte donde en aquel tiempo tuviese posesión, de hecho, algún príncipe cristiano; prohibiendo a todos en general que entrasen en dichos confines. Al año siguiente, dicho Pontífice volvió a confirmar esto, con muchas cláusulas eficaces y significativas palabras.
Viendo los Reyes Católicos que de aquella gracia y concesión que les hizo el Papa, era causa y principio el Almirante, y que con su viaje y descubrimiento les había adquirido el derecho y la posesión de todo aquello, quisieron recompensarlo por todo. Y así, en Barcelona, el 28 de Mayo, le concedieron nuevo privilegio, o más bien una exposición y declaración del primero, por el cual confirmaban lo que con él habían antes capitulado, y con claras y abiertas palabras declaraban los límites y confines de su almirantazgo, virreinato y gobernación, en todo lo que el Papa les había concedido, ratificando en este privilegio el que antes le habían hecho; el cual, con la subsiguiente declaración, copiamos aquí.