Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
NAUFRAGIOS Y COMENTARIOS




Comentario

De cómo el gobernador dio priesa a su camino



El gobernador, habida relación de los nueve cristianos, le paresció que para con mayor brevedad socorrer a los que estaban en la ciudad de la Ascensión y a los que residían en el puerto de Buenos Aires, debía buscar camino por la Tierra Firme desde la isla, para poder entrar por él a las partes y lugares ya dichos, do estaban los cristianos, y que por la mar podrían ir los navíos al puerto de Buenos Aires, y contra la voluntad y parescer del contador Felipe de Cáceres y del piloto Antonio López, querían que fuera con toda el armada al puerto de Buenos Aires, dende la isla de Santa Catalina envió al factor Pedro Dorantes a descubrir y buscar camino por la Tierra Firme y porque se descubriese aquella tierra; en el cual descubrimiento le mataron al rey de Portugal mucha gente los indios naturales; el cual dicho Pedro Dorantes, por mandado del gobernador, partió con ciertos cristianos españoles e indios, que fueron con él para le guiar y acompañar en el descubrimiento. Al cabo de tres meses y medio que el factor Pedro Dorantes hubo partido a descubrir la tierra, volvió a la isla de Santa Catalina, donde el gobernador le quedaba esperando; y entre otras cosas de su relación dijo que, habiendo atravesado grandes sierras y montañas y tierra muy despoblada, había llegado a do dicen el Campo, que dende allí comienza la tierra poblada, y que los naturales de la isla dijeron que era más segura y cercana la entrada para llegar a la tierra poblada por un río arriba, que se dice Itabucu, que está en la punta de la isla, a dieciocho o veinte leguas del puerto. Sabido esto por el gobernador, luego envió a ver y descubrir el río y la tierra firme de él por donde había de ir caminando; el cual visto y sabido, determinó de hacer por allí la entrada, así para descubrir aquella tierra que no se había visto ni descubierto, como por socorrer más brevemente a la gente española que estaba en la provincia; y así, acordado de hacer por allí la entrada, los frailes fray Bernardo de Armenta y fray Alonso Lebrón, su compañero, habiéndoles dicho el gobernador que se quedasen en la tierra e isla de Santa Catalina a enseñar y doctrinar los indios naturales y a reformar y sostener los que habían baptizado, no lo quisieron hacer, poniendo por excusa que se querían ir en su compañía del gobernador, para residir en la ciudad de la Ascensión, donde estaban los españoles que iban a socorrer.