Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
NAUFRAGIOS Y COMENTARIOS




Comentario

De cómo llegaron a la ciudad de la Ascensión los españoles que quedaron malos en el río del Piqueri



Estando el gobernador en la ciudad de la Ascensión, de la manera que he dicho, a cabo de treinta días que hobo llegado a la ciudad, vinieron al puerto los cristianos que había enviado en las balsas, así enfermos como sanos, dende el río del Paraná, y de ello supo el gobernador y fue certificado que los indios naturales del río habían hecho gran junta y llamamiento por toda la tierra, y por el río en canoas y por la ribera del río habían salido a ellos, yendo por el río abajo en sus balsas muy gran número y cantidad de los indios, y con grande grita y toque de atambores los habían acometido, tirándoles muchas flechas y muy espesas, juntándose a ellos con más de doscientas canoas por los entrar y tomar las bolsas, para los matar, y que catorce días con sus noches no habían cesado poco ni mucho de los dar el combate; y que los de tierra no dejaban de les tirar juntamente, según que los de las canoas, y que traían unos garfios grandes para, en juntándose las bolsas a tierra, echarles mano; y con esto, era tan grande la vocería y alaridos que daban los indios, que parescía que se juntaba el cielo con la tierra, y como los de las canoas y los de tierra se remudaban, y unos descansaban y otros peleaban, con tanta orden, que no dejaban de les dar siempre mucho trabajo; donde hobo de los españoles hasta veinte heridos de heridas pequeñas, no peligrosas; y en todo este tiempo las bolsas no dejaban de caminar por el río abajo, así de día como de noche, porque la corriente del río, como era grande, los llevaba, sin que la gente trabajase más de en gobernar para que no se llegasen a tierra, donde estaba todo el peligro, aunque algunos remolinos que el río hace les puso en gran peligro muchas veces, porque traía las balsas a la redonda remolinando; y si no fuera por la buena maña que se dieron los que gobernaban, los remolinos los hicieran ir a tierra, donde fueran tomados y muertos. E yendo de esta forma, sin que tuviesen remedio de ser socorridos ni amparados, los siguieron catorce días los indios con sus canoas, flechándolos y peleando de día y de noche con ellos; se llegaron cerca de los lugares del dicho indio Francisco, que fue esclavo y criado de cristianos, el cual, con cierta gente suya, salió por el río arriba a recebir y socorrer los cristianos, y los trajo a una isla cerca de su propio pueblo, donde los proveyó y socorrió de bastimentos, porque del trabajo de la guerra continua que les habían dado venían fatigados y con mucha hambre, y allí se curaron y reformaron los heridos, y los enemigos se retiraron y no osaron tornarles acometer; y en este tiempo llegaron dos bergantines que en su socorro habían enviado, en los cuales fueron recogidos a la dicha ciudad de la Ascensión.