Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
LA CRONICA DEL PERU



Comentario

De los puertos y ríos que hay desde la ciudad de los Reyes hasta la provincia de Chile, y los grados en que están, y otras cosas pertenecientes a la navegación de aquellas partes


En la mayor parte de los puertos y ríos que he declarado he yo estado, y con mucho trabajo he procurado investigar la verdad de lo que cuento, y lo he comunicado con pilotos diestros y expertos en la navegación destas partes, y en mi presencia han tomado el altura; y por ser cierto y verdadero lo escribo. Por tanto, prosiguiendo adelante, en este capítulo daré noticia de los más puertos y ríos que hay en la costa desde este puerto de Lima hasta llegar a las provincias de Chile, porque de lo del estrecho de Magallanes no podré hacer cumplida relación por haber perdido una copiosa relación que hube de un piloto de los que vinieron en una de las naos que envió el obispo de Plasencia. Digo, pues, que, saliendo las naos del puerto de la ciudad de los Reyes, van corriendo al sur hasta llegar al puerto de Sangalla, el cual es muy bueno, y al principio se tuvo por cierto que la ciudad de los Reyes se fundara cerca dél; el cual está della treinta y cinco leguas, y en catorce grados escasos de la equinocial a la parte del sur. Junto a este puerto de Sangalla hay una isla que llaman de Lobos Marinos. Toda la costa de aquí adelante es baja, aunque a algunas partes hay sierras de rocas peladas, y todo arenales muy espesos, en los cuales nunca jamás creo llovió ni agora llueve, ni cae más de un pequeño rocío, como adelante trataré deste admirable secreto de naturaleza. Cerca desta isla de Lobos hay otras siete o ocho isletas pequeñas, las cuales están en triángulo unas de otras; algunas dellas son altas, y otras bajas, despobladas, sin tener agua ni leña ni árbol ni hierba ni otra cosa, sino lobos marinos y arenales no poco grandes. Solían los indios, según ellos mismos dicen, ir de la tierra firme a hacer en ellas sus sacrificios, y aun se presume que hay enterrados grandes tesoros. Estarán de la tierra firme estas isletas poco más de cuatro leguas. Más adelante, por el rumbo ya dicho, está otra isla, que también llaman de Lobos, por los muchos que en ella hay, y está en catorce grados y un tercio. Desta isla van prosiguiendo- el viaje de la navegación, corriendo la costa al sudueste cuarta el sur. Y después de haber andado doce leguas más adelante de la isla se allega a un promontorio que nombran de la Nasca, el cual está en quince grados menos un cuarto. Hay en él abrigo para las naos, pero no para echar las barcas ni salir a tierra con ellas. En la misma derrota está otra punta o cabo, que se dice de San Nicolás, en quince grados y un tercio. Desta punta de San Nicolás vuelve la costa al sudueste, y después de haber andado doce leguas se allega al puerto. de Hacari, donde las naos toman bastimento, y traen agua y leña del valle, que estará del puerto poco más de cinco leguas. Este este puerto de Hacari en diez y seis grados. Corriendo la costa adelante deste puerto se va hasta llegar al río de Ocona. Por esta parte es la costa brava; más adelante está otro río, que se llama Camana, y adelante está también otro, llamado Quilca. Cerca deste río media legua está una caleta muy buena y segura y a donde los navíos paran. Llaman a este puerto Quilca, como al río; y de lo que en el se descarga se provee la ciudad de Arequipa, que está del puerto diez y siete leguas. Y está este puerto y la misma ciudad en diez y siete grados y medio. Navegando deste puerto por la costa adelante se ve en unas islas dentro en la mar cuatro leguas, a donde siempre están indios, que van de la tierra firme a pescar en ellas. Otras tres leguas más adelante está otra isleta, muy cerca de la tierra firme, y a sotaviento della surgen las naos, porque también las envían deste puerto a la ciudad de Arequipa, al cual nombran Chulí, que es más adelante de Quilca doce leguas; está en diez y siete grados y medio largos. Más adelante deste puerto está a dos leguas un río grande que se llama Tambopalla. Y diez leguas más adelante deste río sale a la mar una punta más que toda la tierra una legua, y están sobre ella tres farallones. Al abrigo de esta punta, poco más de una legua antes della, está un buen puerto que se llama Ilo, y por él sale a la mar un río de agua muy buena, que tiene el mismo nombre del puerto, el cual está en diez y ocho grados y un tercio. De aquí se corre la costa al sueste cuarta leste. Y siete leguas más adelante está un promontorio, que los hombres de la mar llaman Morro de los Diablos. Toda aquella costa es (como ya dije) brava y de grandes riscos. Más adelante deste promontorio cinco leguas está un río de buen agua, no muy grande, y deste río al sueste cuarta leste, doce leguas más adelante, sale otro morro alto, y hace unas barrancas. Sobre este morro está una isla, y junto a ella el puerto de Arica, el cual está en veinte y nueve grados y un tercio. Deste puerto de Arica corre la costa al su-sudueste nueve leguas; sale a la mar un río que se llama Pizagua. Deste río hasta el puerto de Tarapacá se corre la costa por la misma derrota, y habrá del río al puerto cantidad de veinte y cinco leguas. Cerca de Tarapacá está una isla que terná de contorno poco más de una legua, y está de la tierra firme legua y media, y hace una bahía, donde está el puerto, en veinte y uno grados. De Tarapacá se va corriendo la costa por la misma derrota, y cinco leguas más adelante hay una punta que ha por nombre de Tacama. Pasada esta punta, diez y seis leguas más adelante, se allega al puerto de los Moxilones, cual está en veinte y dos grados y medio. Deste puerto de Moxilones corre la costa al su-sudueste cantidad de noventa leguas. Es costa derecha, y hay en ella algunas puntas y bahías. En fin dellas está una grande, en la cual hay un buen puerto y agua, que se llama Copayapo; está en veinte y seis grados. Sobre esta ensenada o bahía está una isla pequeña, media legua de la tierra firme. De aquí comienza lo poblado de las provincias de Chile. Pasado este puerto de Copayapo, poco más adelante están dos farallones pequeños, y en cabo de la bahía está un río de agua muy buena. El nombre deste río es el Guasco. La punta dicha está en veinte y ocho grados y un cuarto. De aquí se corre la costa al sudueste. Y diez leguas adelante sale otra punta, la cual hace abrigo para las naos, mas no tiene agua ni leña. Cerca desta punta está el puerto de Coquimbo; hay entre él y la punta pasada siete islas. Está el puerto en veinte y nueve grados y medio. Diez leguas más adelante, por la misma derrota, sale otra punta, y en ella se hace una gran bahía que ha por nombre de Atongayo. Más adelante cinco leguas está el río de Limara. Deste río se va por el mismo rumbo hasta llegar a una bahía que está dél nueve leguas, la cual tiene un farallón y no agua ninguna, y está en treinta y un grados; llámase Coapa. Más adelante, por la misma derrota, cantidad de veinte y una leguas, está un buen puerto que se llama de Quintero; está en treinta y dos grados; y más adelante diez leguas está el puerto de Valparaíso, y de la ciudad de Santiago, que es lo que decimos Chile, está en treinta y dos grados y dos tercios. Prosiguiendo la navegación por la misma derrota, se allega a otro puerto, que se llama Potocalma, que está del pasado veinte y cuatro leguas. Doce leguas más adelante se ve una punta; a un cabo della está un río, al cual nombran de Mauque o Maule. Más adelante catorce leguas está otro río, que se llama Itata, y caminando al sur cuarta sudueste veinte y cuatro leguas está otro río, que se llama Biobio, en altura de treinta y ocho grados escasos. Por la misma derrota, cantidad de quince leguas, está una isla grande, y se afirma que es poblada, cinco leguas de la tierra firme; esta isla se llama Luchengo. Adelante desta isla está una bahía muy ancha, que se dice de Valdivia, en la cual está un río grande que nombran de Ainilendos. Está la bahía en treinta y nueve grados y dos tercios. Yendo la costa al su-sudueste está el cabo de Santa María, en cuarenta y dos grados y un tercio a la parte del sur. Hasta aquí es lo que se ha descubierto y se ha navegado. Dicen los pilotos que la tierra vuelve al sueste hasta el estrecho de Magallanes. Uno de los navíos que salieron de España con comisión del obispo de Plasencia desembocó por el estrecho y vino a aportar al puerto de Quilca, que es cerca de Arequipa. Y de allí fue a la ciudad de los Reyes y a Panamá. Traía buena relación de los grados en que estaba el estrecho y de lo que pasaron en su viaje y muy trabajosa navegación, la cual relación no pongo aquí porque al tiempo que dimos la batalla a Gonzalo Pizarro, cinco leguas de la ciudad del Cuzco, en el valle de Jaquijaguana, la dejé entre otros papeles míos y registros, y me la hurtaron, de que me ha pesado mucho, porque quisiera concluir allí con esta cuenta; recíbase mi voluntad en lo que he trabajado, que no ha sido poco, por saber la verdad, mirando las cartas nuevas de marear que se han hecho por los pilotos descubridores desta mar. Y porque aquí se concluye lo que toca a la navegación desta mar del sur que hasta agora se ha hecho, de que yo he visto y podido haber noticia; por tanto, de aquí pasaré a dar cuenta de las provincias y naciones que hay desde el puerto de Urabá hasta la villa de Plata, en cuyo camino habrá más de dos mil y doscientas leguas de una parte a otra. Donde pondré la traza y figura de la gobernación de Popayán y del reino del Perú.

Y porque antes que trate desto conviene, para claridad de lo que escribo, hacer mención deste puerto de Urabá (porque por él fue el camino que yo llevé), comenzaré dél, y de allí pasaré a la ciudad de Antiocha y a los otros puertos como en la siguiente orden parescerá.