Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
LA CRONICA DEL PERU



Comentario

De cómo en este reino hay grandes salinas y baños y la tierra es aparejada para criarse olivos y otras frutas de España, y de algunos animales y aves que en él hay


Pues concluí en lo tocante a las fundaciones de las nuevas ciudades que hay en el Perú, bien será dar noticia de algunas particularidades y cosas notables antes de dar fin a esta primera parte. Y agora diré de las grandes salinas naturales que vemos en este reino, pues para la sustentación de los hombres es cosa muy importante. En toda la gobernación de Popayán conté cómo no había salinas ningunas, y que Dios nuestro Señor proveyó de manantiales salobres del agua, de los cuales las gentes hacen sal, con que pasan sus vidas. Acá en el Perú hay tan grandes y hermosas salinas que dellas se podrían proveer de sal todos los reinos de España, Italia, Francia y otras mayores partes. Cerca de Tumbez y de Puerto Viejo, dentro en el agua, junto a la costa de la mar, sacan grandes piedras de sal, que llevan en naos a la ciudad de Cali y a la Tierra Firme, y a otras partes donde quieren. En los llanos y arenales deste reino, no muy lejos del valle que llaman de Guaura, hay unas salinas muy buenas y muy grandes, la sal albísima, y grandes montones della, la cual toda está perdida, que muy pocos indios se aprovechan della. En la serranía cerca de la provincia de Guailas hay otras salinas mayores que éstas. Media legua de la ciudad del Cuzco están otras pozas, en las cuales los indios hacen tanta sal que basta para el proveimiento de muchos dellos. En las provincias de Condesuyo y en algunas de Andesuyo hay, sin las salinas ya dichas, algunas bien grandes y de sal muy excelente. Por manera que podré afirmar que cuanto a sal es bien proveído este reino del Perú.

Hay asimesmo en muchas partes grandes baños, y muchas fuentes de agua caliente, donde los naturales se bañaban y bañan. Muchas dellas he yo visto por las partes que anduve dél: y en algunos lugares deste reino, como los llanos y valles de los ríos y la tierra templada de la serranía, son muy fértiles, pues los trigos se crían tan hermosos y dan fruto en gran cantidad; lo mismo hace el maíz y cebada. Pues viñas no hay pocas en los términos de San Miguel, Trujillo y los Reyes y en las ciudades del Cuzco y Guamanga, y en otras de la serranía comienza ya a las haber, y se tiene grande esperanza de hacer buenos vinos. Naranjales, granados y otras frutas, todas las hay, de las que han traído de España como las de la tierra. Legumbres de todo género se hallan; y en fin, gran reino es el del Perú, grandes poblaciones adonde hubiere aparejo para se hacer; y pasada esta nuestra edad, se podrán sacar del Perú para otras partes trigo, vinos, carnes, lanas y aun sedas. Porque para plantar moreras hay el mejor aparejo del mundo: sola una cosa vemos que no se ha traído a estas Indias, que es olivos, que después del pan y vino es lo más principal. Paréceme a mí que si traen enjertos dellos para poner en estos llanos y en las vegas de los ríos de las tierras, que se harán tan grandes montañas dellos como en el ajarafe de Sevilla y otros grandes olivares que hay en España. Porque si quiere tierra templada, la tiene; si con mucha agua, lo mismo, y sin ninguna y con poca. Jamás truena ni se ve relámpago, ni caen nieves ni hielos en estos llanos, que es lo que daña el fruto de los olivos. En fin, como vengan los enjertos, también vendrá tiempo en lo futuro que provea el Perú de aceite como de lo más. En este reino no se han hallado encinales; y en la provincia de Collao y en la comarca del Cuzco, y en otras partes dél, si se sembrasen, me parece lo mismo que de los olivares, que habrá no pocas dehesas. Por tanto, mi parecer es que los conquistadores y pobladores destas partes no se les vaya el tiempo en contar de batallas y alcances: entiendan en plantar y sembrar, que es lo que aprovechará más. Quiero decir aquí una cosa que hay en esta serranía del Perú, y es unas raposas no muy grandes, las cuales tienen tal propiedad que echan de sí tan pestífero y hediondo olor que no se puede compadecer; y si por caso alguna destas raposas orina en alguna lanza o cosa otra, aunque mucho se lave, por muchos días tiene el mal olor ya dicho. En ninguna parte dél se han visto lobos ni otros animales dañosos, salvo los grandes tigres que conté que hay en la montaña del puerto de Buenaventura, comarcana a la ciudad de Cali, los cuales han muerto algunos españoles y muchos indios. Avestruces adelante de los Charcas se han hallado, y los indios los tenían en mucho. Hay otro género de animal, que llaman viscacha, del tamaño de una liebre y de la forma, salvo que tienen la cola larga como raposas; crían en pedregales y entre rocas, y muchas matan con ballestas y arcabuces, y los indios con lazos; son buenas para comer como estén manidas; y aun de los pelos o lana destas viscachas hacen los indios mantas grandes, tan blandas como si fuesen de seda, y son muy preciadas. Hay muchos halcones, que en España serían estimados; perdices, en muchos lugares he dicho haber dos maneras dellas, unas pequeñas y otras como gallinas; hurones hay los mejores del mundo. En los llanos y en la sierra hay unas aves muy hediondas, a quien llaman auras; mantiénense de comer cosas muertas y otras bascosidades. Del linaje destas hay unos cóndores grandísimos, que casi parecen grifos; algunos acometen a los corderos y guanacos pequeños de los campos.