Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
EL SEÑORIO DE LOS INCAS



Comentario

Cómo los Incas mandaron hacer a los naturales pueblos concertados, repartiendo los campos en donde sobrello podrían haber debates, y cómo se mandó que todos generalmente hablasen la lengua del Cuzco.


En los tiempos pasados, antes que los Incas reinasen, es cosa muy entendida que los naturales destas provincias no tenían los pueblos juntos como ahora los tienen, sino fortalezas con sus fuertes, que llaman pucaraes, de donde salían a se dar los unos a los otros guerra; y así siempre andaban recatados y vivían con grandísimo trabajo y desasosiego. Y como los Incas reinaron sobre ellos, paresciéndoles mal esta orden y la manera que tenían en los pueblos, mandáronles, procurándolo en unas partes con halagos y en otras con amenazas y en todos lugares con dones que les hacían, a que tuvieren por bien de no vivir como salvajes, mas antes, como hombres de razón, asentasen sus pueblos en los llanos y laderas de las sierras juntos en barrios, como y de la manera que la disposición de la tierra lo ordenase; y desta manera los indios, dejados los pucaraes que primeramente tenían, ordenaron sus pueblos de buena manera, así en los valles de los llanos como en la serranía y llanura de Collao; y para que no tuviesen enojo sobre los campos y heredades los mismos Incas les repartieron los términos, señalando lo que cada uno había de tener, en donde se puso límites para conocimiento de los que habían y después dellos nasciesen. Esto claro lo dicen los indios hoy día y a mí me lo dijeron en Xauxa, a donde dicen que uno de los Incas les repartía entre unos y otros los valles y campos que hoy tienen, con la cual orden se han quedado y quedarán. Y por muchos lugares destos que estaban en la sierra iban echadas acequias sacadas de los ríos con mucho primor y grande ingenio de los que las sacaron; y todos los pueblos, los unos y los otros, estaban llenos de aposentos y depósitos de los reyes, como en muchos lugares está dicho.

Y entendido por ellos cuán gran trabajo seria caminar por tierra tan larga y a donde a cada legua y a cada paso había nueva lengua y que sería gran dificultad el entender a todos por intérpretes, escogiendo lo más seguro ordenaron y mandaron, so graves penas que pusieron, que todos los naturales de su imperio entendiesen y supiesen la lengua del Cuzco generalmente, así ellos como sus mujeres, de tal manera que aún la criatura no hobiese dejado el pecho de su madre cuando le comenzasen a mostrar la lengua que había de saber. Y aunque el principio fue dificultoso y muchos se pusieron en no querer deprender más lenguas de las suyas propias, los reyes pudieron tanto que salieron con su intención y ellos tovieron por bien de cumplir su mandado; y tan de veras se entendió en ello que en el tiempo de pocos años se sabía y usaba una lengua en más de mill y doscientas leguas; y aunque esta lengua se usaba todos hablaban las suyas, que eran tantas que aunque lo escribiese no lo creerían.

Y como saliese un capitán del Cuzco o alguno de los orejones a tomar cuenta o residencia, o por juez de comisión entre algunas provincias o para visitar lo que le era mandado, no hablaba en otra lengua que la del Cuzco, ni ellos con él. La cual es muy buena, breve y de gran comprehensión y abastada de muchos vocablos y tan clara que, en pocos días que yo la traté, supe [lo] que me bastaba para preguntar muchas cosas por donde quiera que andaba. Llaman al hombre en esta lengua luna a la mujer guarare y a el padre yaya y al hermano guayqui y a la hermana nana y a la luna quilla y al mes por el consiguiente y al año guata y al día pinche y a la noche tota y a la cabeza llaman oma y a las orejas lile y a los ojos naui y a las narices sunga y los dientes queros y los brazos maqui y a las piernas chaqui.

Estos vocablos solamente pongo en esta Crónica, porque agora veo que para saber la lengua que antiguamente se usó en España andan variando, atinando unos a uno y otros a otro; porque los tiempos que han de venir es sólo para Dios saber los sucesos que han de tener; por tanto, para si algo viniere que enfríe o haga olvidar lengua que tanto cundió y por tanta gente se uso, que no estén vacilando cuál fue la primera o la general o de dónde salió o lo que sobre esto más se desea. Y con tanto, digo que fue mucho beneficio para los españoles haber esta lengua, pues podían con ella andar por todas partes, en algunas de las cuales ya se va perdiendo.