Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
EL SEÑORIO DE LOS INCAS



Comentario

De cómo hallándose muy viejo Inca Yupanqui, dejó la gobernación del reino a Tupac Inca, su hijo.


No mostró en público sentimiento Inca Yupanqui en saber la nueva del alzamiento del Collao, antes, con ánimo grande, mandó hacer llamamiento de gentes para en persona ir a los castigar, enviando sus mensajeros a los Canas y Canches, para que estuviesen firmes en su amistad, sin los ensoberbecer la mudanza del Collao; y queriendo ponerse a punto para salir del Cuzco, como ya fuese muy viejo y estuviese cansado de las guerras que había hecho y caminos que había andado, sintióse tan pesado y quebrantado que, sintiéndose poco bastante para ello ni tampoco para entender en la gobernación de tan gran reino, mandó llamar al Gran Sacerdote y a los orejones y más principales de la ciudad y les dijo que ya él estaba tan viejo que era más para estarse junto a la lumbre que no para seguir los reales; y, pues así lo conoscían y entendían decía en todo verdad, que tomasen por Inca a Tupac Inca Yupanqui, su hijo, mancebo tan esforzado como ellos habían visto en las guerras que había hecho y que le entregaría la borla, para que por todos fuese obedecido por Señor y estimado por tal; y quél se daría maña cómo los del Collao fuesen castigados por su alzamiento y muertes que habían hecho a los orejones y delegados que entre ellos quedaron. Respondieron a estas palabras, los que por él fueron llamados, que fuese hecho como lo ordenase, y en todo mandase lo quél fuese servido, porque en todo le obedecerían como siempre habían hecho... [y habiéndole recibido los orejones por Inca, que será en el número XI, fue con el Ejército en] el Collao y en las provincias de los Canches y Canas le hicieron grandes recebimientos con presentes ricos y le habían hecho, en lo que llaman Cacha unos palacios al modo de como ellos labran, bien vistosos.

Los Collas, como supieron que Tupac Inca venía contra ellos tan poderoso, buscaron favores de sus vecinos y juntáronse los más dellos con determinación de le aguardar en el campo a le dar batalla. Cuentan que tuvo de todo esto aviso Tupac Inca y como él era tan clemente, aunque conoscía la ventaja que tenía a los enemigos, les envió de los Canas, vecinos suyos, mensajeros que les avisasen como su deseo no era de con ellos tener enemistad ni castigallos conforme a lo mal que lo hicieron, cuando sin culpa ninguna mataron a los gobernadores y delegados de su padre, si quisiesen dejar las armas y dar la obediencia, pues para ser bien gobernados y regidos convenía reconocer Señor y que fuese uno y no muchos.

Con esta embajada envió un orejón con algunos presentes para los principales de los Collas, mas no prestó nada ni quisieron su confederación, antes, la junta questaba hecha, teniendo por capitanes los señores de los pueblos, se vinieron acercando a donde estaba Tupac Inca; y cuentan todos que en el pueblo llamado Pucara se pusieron en un fuerte que allí hicieron y, como llegó el Inca, tuvieron su guerra con la grita que suelen y al fin se dio batalla entre unos y otros, en la cual murieron muchos de entrambas partes y los Collas fueron vencidos y presos muchos, así hombres como mujeres; y fuéranlo más si el Inca diera lugar a que el alcance se siguiera, más esforzado, y a Cari, señor de Chucuito, habló ásperadamente diciéndole ¿cómo había respondido a la paz que puso su abuelo Viracocha Inca?, y que no le quería matar, mas que lo enviaría al Cuzco a donde sería castigado; y así a éste como a otros de los presos mandó llevar al Cuzco con guardas; y en señal de la vitoria que hobo de los Collas, en el lugar susodicho mandó hacer grandes bultos de piedra y romper, por memoria, de un pedazo de una sierra y hacer otras cosas que hoy día, quien fuere por aquel lugar, verá y notará como hice yo, que paré dos días para ver y entender de raíz.