Comentario
De cómo el rey Guayna Capac tornó a mandar hacer llamamiento de gente y cómo salió para lo de Quito.
Como Guayna Capac se hobiese holgado algunos meses en el Cuzco y en él se hobiesen juntado los sacerdotes de los templos y adivinos de los oráculos, mandó hacer sacrificios y la ofrenda de la capacocha se hizo bien grande y rica y volvieron bien llenos de oro los burladores de los hechiceros. A cada uno daban respuesta como les parescía que el rey sería más contento. Lo cual con otras cosas pasado, mandó Guayna Capac que se entendiese en hacer un camino más real, mayor y más ancho que por donde fue su padre, que llegase hasta Quito, a donde tenía pensado de ir; y que los aposentos ordinarios y depósitos de las postas se pasasen a él. Para que por todas las tierras se supiese ser esto su voluntad, salieron correos a lo avisar y luego fueron orejones a lo mandar cumplir y se hizo un camino el más soberbio y de ver que hay en el mundo, y más largo, porque salía del Cuzco y allegaba a Quito y se juntaba con el que iba a Chile. Igual a él, creo yo que, desde que hay memoria de gente, no se ha leído de tanta grandeza como tuvo este camino, hecho por valles hondos y por sierras altas, por montes de nieve, por tremedales de agua y por peña viva y junto a ríos furiosos; por estas partes iba llano y empedrado, por las laderas bien sacado, por las sierras deshechado, por las peñas socavado, por junto a los ríos sus paredes, entre nieves con escalones y descansos; por todas partes limpio, barrido, descombrado, lleno de aposentos, de depósitos de tesoros, de templos del sol, de postas que había en este camino. ¡Oh! ¿Qué grandeza se puede decir de Alexandre ni de ninguno de los poderosos reyes que el mundo mandaron que tal camino hiciesen, ni inventasen el proveimiento que en él había? No fue nada la calzada que los romanos hicieron, que pasa por España, ni los otros que leemos, para que con este se comparen. Y hízose hasta en más poco tiempo de lo que se puede imaginar; porque los Incas más tardaban ellos en mandarlo que sus gentes en ponerlo por obra.
Hízose llamamiento general en todas las provincias de su señorío y vinieron de todas artes tantas gentes que hinchían los campos; y después de haber hecho banquetes y borracheras generales y puesto en orden las cosas de la ciudad, salió della Guayna Capac con iscaypachaguaranga runas, que quiere decir con "doscientos mill hombres", sin los yanaconas y mujeres de servicio, que no tenía cuento el número dellos. Llevaba consigo dos mill mujeres y dejaba en el Cuzco más de cuatro mill.
Habían proveído los delegados y gobernadores que asistían en las cabeceras de las provincias que de todas las partes acudiesen [con] bastimento y armas y todo lo demás que siempre se recogía y guardaba para cuando se hacía guerra; y así hincheron los grandes aposentos y depósitos de todo ello, de manera que de cuatro a cuatro leguas, que era la jornada, estaba entendido que se había de hallar proveimiento para toda esta multitud de gente, sin que faltase sino que sobrase más de lo que ellos gastasen y las mujeres y muchachos y hombres que servían personalmente de lo que les era mandado y que llevaban el respuesto del Inca y el bagaje de la gente de guerra de un tambo a otro, donde estaba el proveimiento que en el pasado.
Como saliese Guayna Capac, por el camino que por su mandado se había mandado hacer, del Cuzco, anduvo hasta que llegó a lo de Vilcas, donde paró algunos días en los aposentos que le habían hecho pegados con los de su padre; y holgóse de ver que estaba el templo del sol acabado y dejó cantidad de oro y pastas de plata para joyas y vasos; mandó que se tuviese grand cuidado del proveimiento de las mamaconas y sacerdotes. Sobióse a hacer oración en un terrado galano y primo que para ello se había hecho; sacrificaron, conforme a su ceguedad, lo que usaban y mataron muchos animales y aves, con algunos niños y hombres, para aplacar a sus dioses.
Esto hecho, salió de aquel lugar con su gente el rey y no paró hasta el valle de Xauxa, donde había alguna controversia y división sobre los límites y campos del valle, entre los mismos que dél eran señores. Como Guayna Capac lo entendió, después de haber hecho sacrificios, como en Vilcas, mandó juntar los señores Alaya, Cucichuca, Guacaropa y entre ellos con equidad repartió los campos de la manera que hoy día lo tienen. A los Yauyos envió embajadas; lo mismo hizo a los Yuncas y a Bonbón envió algunos dones a los señores naturales de aquella tierra; porque como tenían fuerza en la laguna, en partes que nadaban, hablaban sueltamente y por rigor no quiso hablar con ellos hasta verla suya. Los señores de Xauxa le hicieron grandes servicios y algunos de los capitanes y gentes de guerra le fueron acompañando; y anduvo hasta Bonbón, donde paró poco, porque quiso ir a Caxamalca, más aparejado lugar para descansar y comarcano con provincias grandes y muy altas. Y por el camino siempre le venían gentes con grandes embajadas y presentes.
Como legó a Caxamalca, paró algunos días para descansar del camino y mandó que su gente de guerra se alojase a la redonda de aquella tierra y que comiese lo que recogido en los depósitos estaba; y con la gente que le paresció entró por los Guancachupachos y tuvo recia guerra, porque no del todo quedaron los naturales de allí en gracia de su padre y conformidad; mas, tanto pudo, que lo allanó y sujuzgó, poniendo gobernadores y capitanes y eligiendo de los naturales señores para que mandasen las tierras, los que más les paresció; porque ellos, de antigüedad, no conocían [por] señores a otros que los que, siendo más poderosos, se levantaban y acaudillaban para hacer guerra, y otorgaban paz cuando ellos querían. En los Chachapoyas haló Guayna Capac gran resistencia; tanto, que por dos veces volvió yendo desbaratado a los fuertes que para su defensa se hacían; y con favores que le vinieron, se revolvió sobre los Chachapoyanos y los quebrantó de tal manera que pidieron paz, cesando por su parte la guerra. Diose con condiciones provechosas al Inca, que mando pasar muchos dellos a que residiesen en el mesmo Luzco, cuyos descendientes hoy viven en la mesma ciudad; tomó muchas mujeres, porque son hermosas y agraciadas y muy blancas; puso guarniciones ordinarias con soldados mitimaes para que estuviesen por frontera; dejó gobernador en lo principal de la comarca; proveyó lo que más ellos usaban; castigó a muchos de los principales, porque le dieron guerra; lo cual echo, a Caxamalca se volvió, donde prosiguió su viaje y puso en orden las provincias de Caxas, Ayahuaca, Guancabamba y las demás que con ellas confinan.