Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS DE LA NUEVA ESPAÑA, I



Comentario

Capítulo 11
Al undécimo mes llamavan ochpaniztli. El primero día de este mes hazían fiesta a la madre de los dioses llamada Teteuinnan o Toci, que quiere dezir "nuestra abuela"; bailavan a honra de esta diosa en silencio y matavan una muger en gran silencio vestida con los ornamentos que pintavan a esta diosa.

Ochpaniztli

Cinco días antes que començasse este mes cesavan todas las fiestas y regozijos del mes pasado. Entrando este mes, bailavan ocho días sin cantar y sin teponaztli; los cuales pasados, salía la muger que era imagen de la diosa que llaman Teteuinnan, compuesta con los ornamentos con que pintavan a la misma diosa; y salían gran número de mugeres con ella, especialmente las médicas y parteras, y partíanse en dos vandos y peleavan apedreándose con pellas de pachtli y con hojas de tuna, y con pellas hechas de hojas de espadañas y con flores que llaman cempoalxóchitl; este regozijo durava cuatro días.

Acabado estas cerimonias y otras de esta calidad, procuravan que aquella muger no entendiesse que havía de morir, porque no llorasse ni se entristeciesse, porque lo tenían por mal agüero; venida la noche en que havía de morir, ataviávanla muy ricamente y hazíanla entender que la llevavan para que dormiesse con ella algún gran señor; y llevávanla con gran silencio al cu donde havía de morir. Subida arriba, tomávala uno a cuestas, espaldas con espaldas, y de presto la cortavan la cabeça y luego la desollavan, y [un] mancebo robusto vestíase el pellejo.

Este que vestía el pellejo de esta que matavan llevávanle luego con mucha solemnidad y acompañándole de muchos cativos al cu de Uitzilopuchtli; allí, este mismo, delante de Uitzilopuchtli, sacava el coraçón a cuatro cativos y los demás dexávalos para que los matasse el sátrapa.

En este mes hazía alarde el señor de toda la gente de guerra y de los mancebos que nunca havían ido a la guerra; a éstos dava armas y divisas y asentavan por soldados, para que de allí adelante fuessen a la guerra; otras muchas cerimonias se hazían en esta fiesta que están a la larga puestas en su historia.



Capítulo 12

Al dozeno mes llamavan teutleco, que quiere dezir "la llegada de los dioses". Celebravan esta fiesta a honra de todos los dioses, porque dezían que havían ido a algunas partes; hazían gran fiesta el postrero día de este mes, porque sus dioses havían llegado.





Teutleco

A los quinze días de este mes los moços y muchachos enramavan todos los altares y oratorios de los dioses, assí los que estavan dentro de las casas como por los caminos y encruzijadas, y por esta diligencia que hazían dávanlos maíz; [a] algunos davan un chiquíuitl lleno de maíz y a otros dos o tres maçorcas.

A los deziocho días llegava el dios, que siempre es mancebo, que le llamavan Tlamatzíncatl; éste es Titlacauan. Dezían que por ser mancebo y rezio caminava mejor y llegava primero; luego ofrecían comida en su cu, y aquella noche comían y bevían y regozijávanse todos, especialmente los viejos y viej[a]s que bevían vino por la llegada del dios, y dezían que le lavavan los pies con este regozijo.

El postrero día de este mes era la gran fiesta, porque dizen que todos los dioses llegavan entonce; la vigilia de este día, a la noche, hazían encima de un petate de harina de maíz un montonzillo muy tupido, de la forma de un queso. En este montonzillo imprimían los dioses la pisada de un pie en señal que havían llegado; toda la noche el principal sátrapa velava, y iva y venía muchas vezes a mirar cuándo vería la pisada.

En viendo el sátrapa la señal de la pisada, luego dava bozes, diziendo: "Llegado ha nuestro señor"; luego comenzavan los ministros del cu a tañer cornetas y caracoles y trompetas y otros instrumentos de los que ellos entonce usavan. Luego que se oían los instrumentos, acudía toda la gente a ofrecer comida en todos los cues y oratorios; otra vez se regozijavan lavando los pies de sus dioses, como arriba está dicho.

El día siguiente dezían que llegavan los dioses viejos, a la postre de todos, porque andavan menos por ser viejos. Este día tenían muchos cativos para quemar vivos; y hecho gran montón de brasa, andavan bailando alrededor del fuego ciertos mancebos disfraçados como monstruos, y ansí bailando ivan arrojando en el fuego estos tristes captivos, de la manera que arriba está dicho; otras muchas cerimonias se hazían según se dirá adelante en esta fiesta.



Capítulo 13

Al tercio décimo mes llamavan tepeílhuitl. En este mes hazían fiesta a honra de los montes eminentes que están por todas estas comarcas de esta Nueva España, donde se arman nublados. Hazían las imágenes en figura humana a cada uno de ellos de la masa que se llama tzoal, y ofrecían delante de estas imágenes en respecto de estos mesmos montes.

Tepeílhuitl

Hazían a honra de los montes unas culebras de palo o de raízes de árboles, y labrávanles la cabeça como culebra; hazían también unos troços de palo gruesos como la muñeca, largos; llamávanlos ecatotonti. Assí a éstos como a las culebras los investían con aquella masa que se llama tzoal; a estos troços los investían a manera de montes, arriba les ponían su cabeça como cabeça de persona. Hazían también estas imágines en memoria de aquellos que se havían ahogado en el agua, o havían muerto de tal muerte que no los quemavan, sino que los enterravan.

Después que con muchas cerimonias havían puesto en sus altares a las imágines dichas, ofrecíanles también tamales y otras comidas, y también los dezían cantares de sus loores, y bevían vino por su honra.

Llegada la fiesta, a honra de los montes matavan cuatro mugeres y un hombre: la una de ellas llamavan Tepóxoch, la segunda llamavan Matlalcueye, la tercera llamavan Xochtécatl, la cuarta llamavan Mayáuel; y al hombre llamavan Milnáoatl. Adereçavan a estas mugeres y al hombre con muchos papeles llenos de ulli, y llevávanlas en unas literas en hombros de mugeres muy ataviadas hasta donde las havían de matar.

Después que las hovieron muerto y sacados los coraçones, llevávanlas pasito, rodando por las gradas abaxo; llegadas abaxo, cortávanlas las cabeças y espetávanlas un palo, y los cuerpos llevávanlos a las casas que llamavan calpul, donde los repartían para comer. Los papeles con que adereçavan las imágines de los montes, después de haverlas desbaratado para comer, colgávanlos en el calpul; otras muchas cerimonias se hazían en esta fiesta que están a la larga puestas en su historia.



Capítulo 14

Al cuarto décimo mes llamavan quecholli. Hazían fiesta al dios llamado Miscóatl, y en este mes hazían saetas y dardos para la guerra; matavan a honra de este dios muchos esclavos.





Quecholli

Cuando hazían las saetas, por espacio de cinco días todos se sangravan de las orejas, y la sangre que esprimían de ellas untávanla por las mesmas sienes; dezían que hazían penitencias para ir a caçar venados. Los que no se sangravan tomávanles las mantas en pena. Ningún hombre se echava con su muger en estos días, ni los viejos ni viejas bevían pulcre, porque hazían penitencia.

Acabados los cuatro días en que hazían las saetas y dardos, hazían unas saetas chiquitas y atávanlas de cuatro en cuatro con cada cuatro teas; y assí hecho un manogico de las cuatro teas y de las cuatro saetas, ofrecíanlas sobre los sepulcros de los muertos; ponían también juntamente con las saetas y teas dos tamales. Estava todo esto un día entero sobre la sepultura y a la noche lo quemavan, y hazían otras muchas cerimonias por los defuntos en esta mesma fiesta.

A los diez días de este mes ivan todos los mexicanos y tlatelulcanos a aquellos montes que llaman Çacatépec, y dizen que es su madre aquel monte. El día que llegavan hazían xacales o cabañas de heno, y hazían fuegos, y ninguna otra cosa hazían aquel día.

Otro día, en amaneciendo, luego almorçavan todos y salían al campo y hazían una ala grande, donde cercavan muchos animales, ciervos, conejos y otros animales, y poco a poco se ivan juntando hasta acorralarlos todos; entonce arremetían y caçavan cada cual lo que podía.

Acabada la cala, matavan captivos y esclavos en un cu que llaman Tlamatzinco; atávanlos de pies y manos y llevávanlos por las gradas del cu arriba, como quien lleva un ciervo por los pies y por las manos a matar. Matávanlos con gran cerimonia. Al hombre y a la muger que eran imágenes del dios Miscóatl y de su muger, matávanlos en otro cu que se llamava Miscoateupan; otras muchas cerimonias, etc.



Capítulo 15

Al quinzeno mes llamavan panquetzaliztli. En este mes hazían fiesta al dios de la guerra Uitzilopuchtli; antes de esta fiesta los sátrapas de los ídolos ayunavan cuarenta días y hazían otras penitencias ásperas como era ir a la medianoche desnudos a llevar ramos a los montes.





Panquetzaliztli

El segundo día de este mes començavan todos a hazer areito y a cantar los cantares de Uitzilopuchtli en el patio de su cu; bailavan hombres y mugeres todos juntos; començavan estos cantares a la tarde y acabavan cerca de las diez; duravan estos bailes y cantos veinte días.

A los nueve días de este mes aparejavan, con grandes cerimonias, a los que havían de matar; pintávanlos de diversas colores; componíanlos con muchos papeles; al fin hazían un areito con ellos, en el cual ivan una muger y un hombre pareados cantando y bailando.

A los deziséis días de este mes començavan a ayunar los dueños de los esclavos, y a los dezinueve començavan a hazer unas danças en que ivan todos asidos de las manos, hombres y mugeres, y dançavan culebreando en el patio del dicho cu; cantavan y tañían unos viejos entre tanto que los otros dançavan.

Después de haver hecho muchas cerimonias, los que havían de morir decendían del cu de Uitzilopuchtli, uno con los ornamentos del dios Páinal, y matava cuatro de aquellos esclavos en el juego de pelota que estava en el patio que llamavan Teutlachtli; de allí iva y cercava toda la ciudad corriendo, y en ciertas partes matava en cada una un esclavo, y de allí començavan a escaramuçar dos parcialidades; murían algunos en la escaramuça.

Después de muchas cerimonias, finalmente matavan captivos en el cu de Uitzilopuchtli, y también muchos esclavos; y en matando a uno, tocavan los instrumentos musicales, y en cessando tomavan otro para matarle, y en matándole tocavan otra vez; ansí hazían a cada uno hasta acabarlos. Acabando de matar estos tristes, començavan a bailar y a cantar, a comer y a bever, y ansí se acabava la fiesta.