Comentario
Capítulo doze
De las demás casas de este signo, algunas de las cuales eran indiferentes, otras del todo malas
La cuarta casa de este signo se llamava nauhécatl. Dezían que era indiferente, o a bien o a mal. Reinante este signo matavan a los adúlteros de noche, y en amaneciendo, echávanlos en el agua; también matavan a los captivos por la vida del señor, porque viviesse muchos años, como está susudicho en otro signo, llamado ce quiáuitl. También, reinante este signo, los nigrománticos hazían sus maleficios y encantamientos, y tenían gran temor de este signo nauécatl. Por esto ponían y metían cardos en las ventanas; dezían que con aquello se huían los hechizeros. Y los mercaderes ricos, que se llaman acxotéca, honravan este signo; y por su honra sacavan todas las cosas preciosas que tenían en sus casas: piedras preciosas y joyas, y todos los plumajes ricos de todas colores, y los cueros de animales labrados, y mercaderes de cacao, y atapadores de galápago para tecomates, y todas las alhajas que tenían. Todo lo cual poníanlos ordenadamente en el patio de su iglesia, que se llama calpulco, sobre una manta rica, y quemavan encienso y ofrecían sangre de codornizes. Dezían que lo hazían a honra de este signo, como si calentassen todo lo susodicho al sol. Y después de haver hecho sus devociones, començavan a comer y bever todos los mercaderes y combidados, y dávanles a cada uno las cañas de humo -y parecía como niebla el humo que havía-, y flores. Y a la noche juntávanse los mercaderes, viejos y viejas, y emborrachávanse, y allí cada uno se jactava de lo que havía ganado y de las tierras que havían andado y de las partes remotas a que havían llegado y por donde havían discorrido, y de los peligros en que se havían visto en las tierras de los enemigos. Con estos cuentos afrentavan a otros que no havían ido a lexas tierras, y dezíanlos que siempre havían estado tras el fuego y que no sabían otros mercados sino en el tiánquez que está cabe su casa. En esto gastavan toda la noche, parlando y bozeando los unos con los otros; los unos despreciavan a los otros, y cada uno se loava a sí mismo.