Comentario
Capítulo treze
Del mal agüero que tomavan si alguno en este día tropeçava o se lastimava en los pies, o caía, y de las malas condiciones de los que nacían en la octava casa, que se llama chicuei miquiztli, donde hay mucho lenguaje de los mal acondicionados hombres o mugeres
Más, dezían que esta cuarta casa de este signo nauihécatl era de mal agüero. Todos se guardavan de reñir y tropezar; tenían temor si alguno tropeçava o se lastimava o reñía. Dezían que siempre le havía de acontecer, porque aquel signo así lo demandava.
Más, dezían que los que nacían en este signo serían prósperos y venturosos y animosos; y no se baptizavan luego, mas difiríanlos hasta la séptima casa de otro signo, llamado chicome cóatl. Dezían los maestros de esta arte que mejorava la ventura del que havía nacido, por ser más próspera, porque este chicome cóatl era signo de todos los mantenimientos y bien afortunado, y era séptimo, el cual número era bien afortunado.
La quinta casa de este signo se llama maculli calli; y la sexta chicuacen cuetzpalin. Dezían que eran mal afortunadas, porque estas dos eran casas del dios Macuilxúchitl y Mictlantecutli. Cualquiera que nacía en estas dos casas de estos signos, siendo ahora fuesse varón, ahora hembra, era mal afortunado y mal acondicionado y desventurado y reboltoso y pleitista y alborotador, al cual, cuando reprehendían, dizían de él: "Es vellaco y de mala condición porque nació en tal signo". Y los maestros de esta arte dezían que mejorava la mala ventura del que havía nacido si no se baptizava luego en este signo en que nació, mas difiríanlo hasta la séptima casa de este signo, que se llamava chicome cóatl, porque remediaría si hiziesse penitencia, pues dezían que el séptimo número de todos los signos era bien afortunado y próspero, porque siempre lo atribuían a Chicomecóatl.
La octava casa de este signo se llamava chicuei miquiztli. Dezían que era de mala fortuna, y también la nona, que era chicunaui máçatl, porque dezían que todas las nonas casas eran mal afortunadas. Y los que nacían en alguna de estas casas eran malquistos y mal afortunados y aborrecidos de todos, y tenían todas las malas inclinaciones y vicios que hay. Y para remediar esta su desventura dezían los maestros de esta arte que se baptizasse en la casa siguiente, que se llama matlactli tochtli, porque de allí se le pegasse alguna buena ventura, porque todas las décimas casas tienen algún bien.