Comentario
Capítulo deziséis
Del noveno signo, llamado ce cóatl, y de su buena fortuna, si los que nacían en él no la perdiessen por su floxura. Los mercaderes tenían a este signo por muy propicio para su oficio
El noveno signo se llama ce cóatl. Dezían que era bien afortunado y próspero. Los que nacían en esta primera casa eran felices y prósperos; dezían que sería dichoso o venturoso en riquezas, y también las cosas de guerra sería señalado. Y si fuesse muger, sería rica y honrada. Pero, si como ya está dicho, fuesse negligente en hazer penitencia y no tomasse bien los consejos de sus mayores, perdería su ventura, y sería perezoso y dormilón, y desaprovechado, y pobre y mal aventurado.
Este signo era muy favorable a los mercaderes y tratantes, y ellos eran muy devotos de este signo. Cuando havían de partírse a provincias remotas para entender en sus tratos y mercaderías, aguardavan a que reinasse este signo, y entonces se partían. Y antes que se partiessen, ya que tenían a punto sus cargas, hazían un combite a los mercaderes viejos y a sus parientes, haziéndoles saber a las provincias a donde ivan, y a qué ivan. Y esto hazían para cobrar fama entre los mercaderes porque supiessen que, estando ausente de ellos, andavan ganando de comer por diversas provincias.