Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS DE LA NUEVA ESPAÑA, I



Comentario

Capítulo treinta y cinco


De las cerimonias que hazían cuando baptizavan la criatura, y del combite que hazían a los niños cuando le ponían el nombre, y de la plática que los viejos hazían a la criatura y a la madre

Síguese la cerimonia que hazían cuando baptizavan a sus hijos y hijas. Este baptismo se hazía cuando salta el sol, y combidavan a todos los niños para entonce; dávanles de comer. La criatura que nacía en buen signo, luego le baptizavan, y si no havía oportunidad de baptizarla, luego difiríanla para la tercera o séptima o décima casa. Y esto hazían para proveerse de las cosas necessarias para el combite de los bateos.

Llegando el día de los bateos, comían y bevían los viejos y viejas y saludavan al niño y a la madre. Al niño le dezían: "Nieto mío, has venido al mundo donde has de padecer muchos trabajos y fatigas, porque estas cosas hay en el mundo. Por ventura bivirás mucho tiempo, y te lograremos y te gozaremos, porque eres imagen de tu padre y de tu madre. Eres probén y brotón de tus abuelos y antepassados, los cuales conocimos que bivieron en este mundo". Dicho esto y otras cosas semejantes, halagavan a la criatura trayéndole la mano sobre la cabeça en señal de amor. Y luego començavan a saludar a la madre, diziendo de esta manera: "Hija mía, o señora mía, havéis sufrido trabajo en parir a vuestro hijo, que es amable como una pluma rica o piedra preciosa. Hasta agora érades uno, vos y vuestra criatura; agora ya sois dos distintos; cada uno ha de bivir por sí, y cada uno ha de morir por sí. Por ventura gozaremos y lograremos algún tiempo a vuestro hijo, y lo tendremos como a sartal de piedras preciosas. Esforçados, hija, y tened cuidado de vuestra salud; mirad no cayáis en enfermedad por vuestra culpa, y tened cuidado de vuestro hijito. Mirad que las madres mal avisadas matan a sus hijos dormiendo, o cuando maman; si no les quitan la teta con tiento, suélense agujerar el paladar y mueren. Mirad que, pues que nos le ha dado nuestro señor, no le perdamos por vuestra culpa. Y no es menester fatigaros con más palabras".