Época: América-Norte
Inicio: Año 10000 A. C.
Fin: Año 1500

Antecedente:
América del Norte



Comentario

Esta gran Área Cultural, que incluye porciones importantes de los Estados de California, Colorado, Arizona y Nevada en el Suroeste de los Estados Unidos, y los Estados de Sonora y Chihuahua en el norte de México, constituye -por sus especiales relaciones con Mesoamérica durante la etapa prehispánica- un caso muy peculiar en la especificación de las áreas culturales de América del Norte.
Como consecuencia de tales relaciones, algunas comunidades se alejan de los patrones característicos del Arcaico que se fundamentan en la recolección y la caza, y se hacen agricultoras incipientes, al menos desde el 500 a.C., dando lugar a diferentes tradiciones.

La Tradición Hohokam del Sur de Arizona se inicia aproximadamente en esta fecha, y tiene sus bases en los trabajos agrícolas por medio de la irrigación del desierto. Junto a la agricultura y a los grandes poblados sedentarios como Snaketown, surge la cerámica rojo sobre crema, que acompaña a objetos especializados como manos y metates y puntas aserradas de proyectil.

Hacia el 500 d.C., como consecuencia del expansionismo de la gran capital clásica mesoamericana de Teotihuacan, aparecen en la región juegos de pelota y grandes montículos ceremoniales que se concentran en recintos urbanos, como ocurre en Mesa Grande. Estos centros controlaban los ricos suelos aluviales del desierto, en los que se establecían comunidades más pequeñas de casas semisubterráneas circulares.

Hacia el 1300 d.C. se produce un profundo cambio en el patrón de asentamiento y se levantan casas de adobe y caliche -una formación rocosa característica del desierto- de forma cuadrada y rectangular, que se disponen en varios pisos colocados en los acantilados de los desfiladeros, en áreas bien defendidas. A mediados del siglo XV las incursiones apaches finalizan el sistema agricultor y se vuelve a una vida seminómada y recolectora.

La Tradición Mogollón del suroeste se inicia poco después del 200 d.C. con grupos agrícolas que elaboran cerámica, aunque no obtiene su esplendor hasta el siglo X. Entonces florecen varios asentamientos en el valle del río Mimbres y se inicia el gran desarrollo de Casas Grandes (Paquimé) entre el año 1.060 y el 1.380 d.C.

La etapa tolteca en Mesoamérica potenció la denominada Ruta de la Turquesa, definida por los contactos establecidos entre grupos del centro y norte de México densamente poblado con comunidades del suroeste de Estados Unidos. Como ocurriera con el caso Hohokam, el sistema de asentamiento básico en la región antes de la décima centuria fue el de casas semisubterráneas circulares y la construcción de grandes kivas circulares, que fueron interpretadas como inmensas habitaciones rituales utilizadas para ceremonias colectivas. Estos asentamientos, como Pueblo Bonito, tuvieron un carácter defensivo y actuaron como grandes centros de abastecimiento en relación con inmensas regiones generalmente desasistidas, pero ricas en materias primas, como turquesa, ámbar, ópalo y otros materiales preciosos, que fueron altamente apreciados y requeridos por las elites toltecas mesoamericanas.

La cerámica del valle del Mimbres, asociada a algunos de estos centros rituales con kivas, tuvo un gran desarrollo, utilizando la bicromía en rojo y negro sobre fondo blanco con decoraciones geométricas, zoomorfas y antropomorfas, que son un bello ejemplo de integración del mundo simbólico del desierto con el procedente de las complejas realizaciones artísticas de la gran civilización de Mesoamérica.

El tercer gran desarrollo cultural del Suroeste está protagonizado por la cultura Anasazi, que manifiesta vida completamente sedentaria desde el 250 a.C. Al contrario que las dos tradiciones anteriores, Anasazi no manufactura cerámica asociada a la vida sedentaria, sino que desarrolla una compleja tradición cestera basada en las pautas culturales recolectoras del desierto, y que se mantiene hasta el 750 d.C. Tal tradición de los cesteros, que elaboran objetos de complicados diseños y variadas funciones, se relaciona con las casas circulares semisubterráneas tan comunes a lo largo de toda el Area Cultural.

La cerámica en esta tradición aparece en el 500 d.C. con diseños en negro sobre blanco, coincidiendo con la decadencia del sistema de vivienda semisubterránea. Los grandes centros consisten entonces en habitaciones cuadradas y rectangulares hechas de adobe y caliche, que se agrupan en varios pisos y se colocan también en los acantilados de los desfiladeros, con una clara posición defensiva. Es el caso de Mesa Verde y Cañón de Chelly. Hacia 1300 d.C., estos asentamientos complejos decaen y se reinstaura el sistema de vida seminómada y de agricultura incipiente, de manera que, en cierta medida, las comunidades indígenas de esta región también se asimilan a uno de los sistemas de vida que ha tenido mayor continuidad cultural en Norteamérica: la Tradición Cultural del Desierto.