Comentario
La región que vamos a comentar bajo este epígrafe se extiende desde el oeste de Cuba hasta la Tierra del Fuego, y desde el Océano Atlántico a los Andes. Dentro de estas fronteras existen grandes islas de bosque tropical e inmensos pantanos, aunque diferencias de clima, suelo y elevación originan tipos distintos de hábitats arbóreos, terrestres y acuáticos.
Existen tres cuencas principales: el Orinoco, el Amazonas y el Plata, los cuales tienen tributarios que se originan en los Andes y en las tierras bajas. El Orinoco fluye hacia el norte-noroeste; el Plata hacia el sur y el Amazonas hacia el norte-noreste. Debido a la baja altitud de los territorios y al regimen de lluvias, existen conexiones permanentes entre ellos por medio de sus afluentes.
Las principales masas arbóreas se encuentran en las márgenes de estos ríos y circundando amplias zonas de sabana como los Llanos del centro de Venezuela o las Pampas de Argentina y Uruguay.
Las Antillas forman un arco que se extiende desde Venezuela al Yucatán; y la Patagonia en el otro extremo es un territorio que se va haciendo cada vez más inhóspito por las condiciones climáticas hasta que se desintegra en un sin fin de islas.
El clima de la costa este de la Amazonía es templado y húmedo en el sur, y tropical y árido en el norte, siendo posible establecer cuatro amplias subregiones: Venezuela y Antillas, Amazonía, faja costera y tierras bajas del sur.
El área es una de las más desconocidas de la arqueología americana, con trabajos realizados en buena medida hace décadas y enfocados sobre sitios aislados, sin que sea posible conocer en profundidad una región determinada. Otra dificultad añadida es la imposibilidad de obtener fechas de C14 en las tierras bajas tropicales, lo cual ha originado que se hayan trazado historías culturales a partir de tipologías y analogías, enmarañando aún más la situación. Por otra parte, la mayoría de los utensilios de los grupos de bosque tropical son de naturaleza orgánica; por ejemplo, madera, hueso, plumas, semillas, materiales perecederos para edificios y ornamentos, etc., los cuales se han perdido en los suelos ácidos del bosque y dificultan la reconstrucción de las sociedades antiguas. A ello se le añade el hecho de que la cerámica se introdujo de manera irregular y en tiempos tardíos, y de que los asentamientos son de dificil acceso, complicando aún más el panorama de la investigación en la región que han resumido de modo excelente Evans y Meggers, cuyo esquema cronológico seguimos en esta ocasión.
En consecuencia, los yacimientos de los que tenemos noticia son sitios de habitación, extensiva y casi sin desechos; cementerios formados a partir de urnas crematorias y ofrendas; y campos de cultivo; en ellos se encontró una cerámica muy sencilla, salvo en las últimas fases en que aparece decorada.