Época: Relac intern
Inicio: Año 1500
Fin: Año 1660

Antecedente:
Relaciones internacionales
Siguientes:
Política exterior filipina



Comentario

En la segunda mitad del siglo XVI se produjo un cambio de orientación en las relaciones internacionales: el fin de las aspiraciones de unidad de la Europa cristiana y el surgimiento de los particularismos. La separación de la Casa de Habsburgo en dos ramas significó la formación de una política exterior específica de la Monarquía española y el sometimiento a aquélla de todos los Estados que la componían. En el Imperio, por la paz de Augsburgo de 1555 el emperador reconoció a los príncipes luteranos el derecho a su religión, con la obligación de los súbditos de acatar la de su soberano (cuius regio, eius religio), y la secularización de las propiedades eclesiásticas llevada a efecto por los príncipes hasta ese momento, pero vetándola para el futuro. Este acuerdo no sólo significó la aceptación de la división religiosa del Imperio, sino la del particularismo de sus Estados; y, por tanto, los Habsburgo de Viena se centrarán también en los intereses de sus Estados patrimoniales.
Por otro lado, se produjo un cambio en las relaciones de las principales Monarquías. Los largos años de lucha entre Francia y los Habsburgo darán paso a un respiro. Desde la paz de Cateau-Cambrésis de 1559, se inició un período de paz entre los viejos contendientes, que no reanudarán sus hostilidades hasta finales de siglo. Por el contrario, a la tradicional amistad anglo-española sucedió una enemistad irreconciliable en el terreno político, religioso y colonial, que no cesará hasta la desaparición del Imperio colonial español, ya en el siglo XIX.

Cada vez con más fuerza, los antagonismos religiosos no sólo eran un factor de desorden interno sino que estarán presentes en todos los conflictos internacionales, entremezclando de forma inseparable las razones políticas y religiosas. No sólo se percibían en el tradicional enfrentamiento entre cristianos y musulmanes, sino en la rebelión de los Países Bajos, la oposición de Felipe II a Enrique de Navarra y hasta en las rivalidades coloniales, que aparecieron como un nuevo factor conflictivo.