Comentario
Una paciente y delicada labor de restauración realizada por el arquitecto H. Chévrier ha permitido recomponer en Karnak un edificio de Sesostris I a base de las piezas del mismo incorporadas a los cimientos del III pílono del santuario. El quiosco, de caliza, se alza sobre un podio de planta cuadrada al que se accede por dos escaleras contrapuestas, de ocho peldaños bajos, separados por una rampa central en cada una de ellas, encajadas entre dos pretiles de tope redondeado. Las dos fachadas principales tienen cuatro pilares; los del centro hacen de jambas de las puertas y los de los ángulos contribuyen con aquéllos a enmarcar dos ventanas de alféizar redondeado. En las dos fachadas laterales falta la puerta, reemplazada por una ventana. Las paredes están rematadas por tres arquitrabes, enmarcados por un toro y coronados por una cornisa en forma de gola. En el interior hay cuatro pilares iguales a los del exterior y, entre ellos, el pedestal de alabastro en que se supone era depositada la barca de Amón durante las procesiones.
Gracias a este empleo el quiosco tuvo una larga vida, pues en su origen parece haber servido para cobijar el estrado de la fiesta del Sed. El disco solar alado preside desde el centro de los arquitrabes todos los jeroglíficos y relieves que adornan las paredes y que ofrecen un magnífico ejemplo de la conjunción de unos y otros y de la conciencia que el Imperio Medio tiene del gran valor ornamental de la escritura. Tanto por su diseño como por su fina decoración, el edificio es una verdadera joya de la arquitectura egipcia.