Comentario
Una novedad de gran alcance histórico-religioso ofrece la cabeza de Nofret, la reina esposa de Sesostris: el modo como la cabellera está peinada en dos voluminosas crenchas, reminiscentes de bellas caracolas, onduladas y encintadas, que al caer por delante de los hombros acaban en pequeñas espirales. Este será durante siglos el peinado distintivo de la diosa Hathor. Ignoramos si los creadores del mismo se inspiraron en la reina o si ésta se lo apropió por devoción a Hathor. Lo que sí confirman este semblante y este peinado es que la escuela de Tanis, o del Delta, se inicia mucho antes de su consagración por obra de Amenemhet III o de algún otro en su nombre.
Kerma, una fortaleza de los egipcios situada a gran distancia de la frontera meridional del país, en lo que entonces se llamaba Kush y hoy Sudán, ha proporcionado abundantes muestras del arte y de la artesanía egipcia que uno podría esperar de un puesto avanzado como aquél; pero junto a ellas, algo que resulta sorprendente, esculturas de tamaño natural, una de ellas de Hepzefa, monarca de Asiut y gobernador de Sesostris I en aquella plaza, donde murió y fue sepultado. Mucho más notable aún que su estatua es la de su mujer, Senui, una bellísima dama a quien el escultor retrató sentada en una actitud y con un estilo totalmente parangonables a los de la estatua de Sesostris I que hemos comentado como representativa de las esculturas de Licht. Una obra de arte tan exquisito, encontrada a tanta distancia de la corte menfita, donde uno sí la esperaría, plantea problemas difíciles: ¿Sería una obra importada; por ejemplo, un regalo del faraón? ¿Tendría Hepzefa a su servicio un escultor tan bueno? En caso afirmativo, ¿hizo éste la estatua en Asiut o en Kerma? Reisner, su descubridor, sostiene que el granito gris en que está hecha procede de cantera sudanesa, pero el aserto no es muy fácil de demostrar. En suma, tenemos aquí un hecho nuevo: esculturas egipcias que salen al extranjero por una u otra razón como salen objetos de lujo y productos comerciales. Como contrapartida, Egipto también los recibe: vajillas de plata de Siria, sellos de Babilonia, vasos cerámicos cretenses del estilo de Kamares, etc.