Época: China
Inicio: Año 1700000 A. C.
Fin: Año 500 D.C.

Siguientes:
Las culturas de Yangshao, Dawenkou y Longshan
Las culturas de Hemudu y Erlitou
El desarrollo del jade
La Edad de Bronce

(C) Isabel Cervera



Comentario

A la hora de imaginar y explicar el origen del mundo y la intervención de fuerzas supranaturales en su proceso, encontramos en China bellos relatos relacionados con la exposición del Cosmos: el primer padre (Fu Xi), la primera madre (Nu Wa), así como emperadores míticos creadores de los primeros sistemas de ordenación social (escritura, seda, agricultura...), unidos a las personificaciones de las fuerzas de la naturaleza (Conde del Viento, de la Lluvia...) que sustentan las creencias animistas base de la religión popular china.
Según ellos, Pan Gu fue el artífice de la separación del cielo y la tierra tras la explosión del gran huevo y a su muerte nacieron de su aliento el viento primaveral y las nubes; su ojo izquierdo se transformó en sol y el derecho en luna; de sus cabellos y barba surgieron las estrellas; mientras que de sus cuatro extremidades y el tronco, los cuatro puntos cardinales y las cinco montañas sagradas. En fin, todo un mundo de esplendor y colorido, en el que no tenía lugar el hombre, hasta que la diosa Nu Wa comprendió la necesidad de un ser que supiera sacar provecho a la tierra y continuar el orden establecido por Pan Gu. Para ello modeló en arcilla figuras a su imagen y semejanza hasta conseguir poblar la tierra de seres humanos capaces de dar mayor esplendor a la creación. Sin olvidamos de estas bellas historias susceptibles de sustentar los mitos, el desarrollo de la arqueología y los métodos científicos a su servicio nos dan respuestas más concretas respecto a la aparición del hombre.

El Paleolítico presenta los primeros fósiles humanos, descubiertos en diferentes regiones del país: el Hombre de Yuanmou (1.700.000 años), el Hombre de Lantian (750.000-650.000 años) o el Hombre de Pekín (500.000-400.000). Se inicia un lento proceso de desarrollo en pequeñas comunidades en torno al valle del río Amarillo y al sur y norte del río Yangzi, en las que se cultivaron cereales, se domesticaron animales y se trabajó con instrumentos de piedra, en un momento que denominamos Nueva Edad de Piedra o Neolítico, abarcando cronológicamente del 7000 al 2000 a. C.

El Neolítico tiene una gran extensión geográfica en su radio de influencia cultural, pudiéndose distinguir subculturas según su localización. En el norte se desarrollan entre el 7000 y el 5000 las culturas de Yangshao y Erlitou, mientras que en el sur se denomina Dawenkou (4000-3000 a. C.) a la cultura neolítica localizada en la provincia de Shandong, Longshan (3000-2000 a. C.) en Shanxi y Hemudu en la provincia meridional de Zhejiang. Si en cuanto a organización social mantienen unas características comunes, encontramos en su producción artística, considerando como tal los restos materiales llegados hasta nuestros días, principalmente la cerámica y el jade.

Estos dos materiales nos van a mostrar toda la fuerza y grado de civilización de estas culturas, que marcaron de forma absoluta el desarrollo de otros materiales en una cadena de sustituciones donde siempre prevaleció el gusto por las cualidades táctiles sobre el formalismo decorativo. Además, toda la producción de cerámica y jade estuvo íntimamente ligada al ritual y no fue hasta el siglo III a. C., cuando los materiales dejaron de estar relacionados con las ceremonias, conformando exclusivamente objetos en busca de la belleza estética.