Comentario
Tras desembarcar en Africa del Norte, los americanos actuaron lentamente y los alemanes lo aprovecharon para ocupar Túnez, prolongando una campaña ya virtualmente perdida. Hitler y Mussolini decidieron salvar una situación insostenible y enviaron numerosas tropas y materiales a Túnez, para un sacrificio inútil. Se trataba de un error considerable y enviaban allí las tropas que falta les harían en Europa.
Más al oeste, Rommel estaba atrapado entre los americanos, ingleses y franceses al oeste, y el VIII Ejército de Montgomery al este. Se colocó en defensiva junto a la línea Mareth, antigua fortificación francesa de 1939, y organizó una fuerza móvil con tres divisiones panzer, muy disminuidas por la campaña del desierto. El 14 de febrero de 1943, atacó por sorpresa, derrotó a una división americana y continuó hostigando el frente, donde se sucedían los golpes y contragolpes. A principios de marzo atacó a los ingleses en Medenine, y fracasó al perder 52 tanques frente a los nuevos cañones contracarro. Como llevaba tiempo enfermo, el 9, ya concluída la batalla, entregó el mando a von Arnim y se trasladó a Roma. Sus argumentos no lograron convencer a Mussolini ni a Hitler, que le obligó a permanecer en Alemania para reponerse.