Época: Arte carolingio
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Siguientes:
Fundamentos ideológicos y materiales
El conjunto palatino de Aquisgrán
Arquitectura templaria: ritual romano y experimentación
Sankt Gallen: en el origen del arquetipo monasterial
La imagen y su lenguaje plástico
El tesoro sagrado

(C) Isidro G. Bango Torviso



Comentario

La crisis del Imperio Romano de Oriente, en plena guerra civil por motivos sociorreligiosos, favoreció los intereses de la curia romana en su deseo de restaurar su absoluto protagonismo en el gobierno de la Iglesia y del mundo occidental. El pontífice necesitaba el apoyo de un brazo militar que hiciese cumplir su programa de evangelización del territorio europeo no cristiano y sometiese a los príncipes católicos y sus iglesias nacionales al arbitrio del obispo de Roma. Los ojos del papa se fijaron en la dinastía de los pipínidas o carolingios, cuyo prestigio militar no tenía igual en toda la Europa cristiana.La victoria de Carlos Martel sobre el Islam en Poitiers (732) supuso el origen de una nueva dinastía gobernante en las viejas Galias de los merovingios. Con el hijo de Carlos, Pipino (715-768), se inicia una política de mutuo acercamiento con la curia pontificia: había surgido el brazo armado de la iglesia de Roma. Tanto al afán universal de la Iglesia, como al deseo expansionista de los reyes carolingios, les convenía legalizar las actuaciones de este binomio Iglesia-Estado, para ello urdieron toda una compleja trama político-religiosa que justificaba la aparición de un nuevo imperio romano de Occidente. Fabulando sobre la conversión al cristianismo de Constantino y la dotación de un importante legado patrimonial a la Iglesia, ocurría que el pontífice poseía unos considerables territorios en Italia y los pipínidas eran los herederos del imperio. De nada sirvieron las protestas del emperador bizantino. En la Navidad del año 800 León III colocaba sobre la cabeza de Carlomagno la corona imperial. Desde este momento quedaba instituido el Sacro Imperio Romano.Cuando nos referimos al arte carolingio, entendido como efecto de una renovación del pasado y en un período de esplendor, lo hacemos dentro de una cronología que abarca un siglo de duración, desde mediados del VIII a mediados del IX. Se inicia con el reinado de Pipino (751-768), eclosiona en las deslumbrantes creaciones de la época de Carlomagno (768-814) y Ludovico Pío (814-840), y todavía pervive con ciertos manierismos con Carlos el Calvo (840-877). Con la ruptura de las fronteras por los nuevos invasores, los normandos, la institución imperial no desaparece, pero se ve incapaz de poner orden en sus territorios: la creación artística languidece en un reducido número de lugares, donde una comunidad monástica o un pequeño patrocinador favorece su mínima producción.