Época: GriegosPersas
Inicio: Año 490 A. C.
Fin: Año 480 D.C.

Antecedente:
Factores políticos y económicos



Comentario

El último de los casos de ostracismo que tuvo lugar antes de la batalla de Salamina, el de Arístides, parece poder relacionarse con el problema de la orientación de la estrategia militar ateniense hacia la marina y, paralelamente, con una nueva concepción de la función económica redistribuidora de la polis. Arístides aparece vinculado tradicionalmente con los maratonómacos, mientras que en esos años se aprueba la política propuesta por Temístocles de dedicar los principales esfuerzos públicos a la construcción de doscientas naves, para hacer frente a las rivalidades con Egina, todavía vigentes. De hecho, el peligro persa seguía igualmente presente e incluso renovado con los preparativos de Jerjes. Los equilibrios externos e internos permanecen como factores condicionantes, no determinantes. Según Aristóteles, Temístocles, como dirigente del demos, se opone a Arístides como sucesor de Milcíades entre los nobles, al que acompañaba en Maratón como estratego.
Paralelamente, los atenienses descubrieron un nuevo filón metalífero en Maronea, en las minas de Laurio, lo que, en el momento de disfrutar de los beneficios como ciudad democrática, poseedora de bienes demosia, públicos, pertenecientes al demos, planteó un problema especifico de procedimiento. La reacción inmediata fue la propuesta de distribución, con lo que la ciudad sustituía de modo directo al rico, capaz de practicar el evergetismo a través de la distribución de excedentes entre las colectividades cívicas. Triunfó, sin embargo, una propuesta alternativa presentada por Temístocles, según la cual la ganancia había de emplearse en la flota y utilizarse masivamente con la intervención de los ricos, que realizaban así su función litúrgica con dinero público en beneficio público. El mecanismo, aparentemente conservador, desde el momento en que seguía depositando en manos de los ricos la función redistribuidora, avanzaba sin embargo en el camino de la consolidación de la función pública, como instrumento de empleo, en beneficio de la colectividad, de los que eran ingresos de la colectividad.

Temístocles, luego, interpretaría como proyecto de construcción de la flota el oráculo de Delfos que aconsejaba la construcción de un muro de madera, con lo que el protagonismo de la guerra y el peso de la victoria pasaría a manos de los thetes, los tripulantes de las naves, procedentes de la clase subhoplítica. Así, la táctica militar orientaba las transformaciones sociales, de modo que la imagen de Salamina y la política naval de Temístocles aparecen con una doble cara en el panorama transmitido por la tradición, como fundamento de la salvación de Grecia frente a los persas, imagen que domina durante la época triunfal de la democracia, y como factor creador de los elementos destructores propios de las ciudades volcadas al mar, eje de la interpretación histórica del platonismo y de las secuelas que aparecen reflejadas en la tradición recogida por Plutarco.