Época: Renacimiento7
Inicio: Año 1500
Fin: Año 1550

Antecedente:
Arquitectura clasicista

(C) Jesús Hernández Perera



Comentario

Aunque Venecia continuó más tiempo apegada a las tradiciones bizantinas y góticas cultivadas en torno a sus grandes joyas medievales de San Marcos y el Palacio del Dux, la presencia de muchos de los más famosos cuatrocentistas florentinos en la ciudad de la laguna y en Padua contribuyó a consolidar en la segunda mitad del XV los aires del Renacimiento, hasta convertirse en uno de los puntales de la cultura europea moderna.
Las arquitecturas que todavía levantaban hacia 1500 Pedro Lombardo y sus hijos Antonio y Tulio, también escultores, y sobre todo el bergamasco Mauro Coducci (1464-1504), dieron aspecto clásico a las Procuradurías Viejas de este último en la plaza de San Marcos, cuya construcción prosiguieron todo el siglo XVI Bartolomé Bon y Jacobo Sansovino. El Palacio Vendramin-Calergi, edificado por Coducci para el Dux Loredan, fijó las características de la mansión clasicista veneciana en tres plantas con ventanas columnadas reflejándose en el Gran Canal.

A Bartolomé Bon se debe la Escuela de San Rocco, iniciada en 1515, con columnas avanzadas ante el plano de fachada; allí plasmará más tarde Tintoretto uno de sus conjuntos pictóricos más espectaculares.

En Padua se alza a principios de siglo, bajo la dirección del escultor Alessandro Leopardi, la iglesia de Santa Justina, con sus ocho cúpulas sobre tambor que emulan a San Marcos de Venecia, pero con decoración clásica cinquecentista. El veronés Giovanni María Falconetto (1468-1535) es quien mejor representa allí el clasicismo humanista, con la hermosa logia que construyó dentro del patio del palacio Giusti del Giardino, y el Odeón, en Padua, iniciativas del gran escritor Alvise Cornaro, autor de "La vita sobria".

Nápoles cuenta en estas décadas con un eco excelente de las mansiones de Bramante y Rafael en el Palacio Gravina (1513-1549), comúnmente atribuido a Gabriele d'Angelo, con fuerte almohadillado en el cuerpo bajo y pilastras corintias entre medallones con bustos clásicos en el superior. En Sicilia debe recordarse la actividad arquitectónica de también escultor Antonello Gaggin (1478-1536), miembro de una dinastía enraizada en Liguria, a quien se debe Santa María in Portosalvo, de Palermo, donde nació.