Época: Renacimiento9
Inicio: Año 1550
Fin: Año 1600

Antecedente:
Pintura manierista

(C) Jesús Hernández Perera



Comentario

Los años del Manierismo avanzado son los de la completa extensión europea del movimiento y su apertura a una geografía mucho más amplia que la de la península Italiana. De los países que primero atrajeron a artistas italianos, fue Francia, por especial interés de Francisco I, la que los descubrió en sus contactos políticos con Italia y no por iniciativa de aquellos. Ejemplo ilustre será Leonardo. En años sucesivos fueron escultores como Benvenuto Cellini, pero en mayor número serán los pintores como Primaticcio, natural de Bolonia que moriría en París, factor decisivo para el palacio real y la escuela manierista de Fontainebleau, donde fallecería Niccoló dell'Abbate, nativo de Módena (h. 1509-1571). Al país transalpino llevarán mucho del maduro manierismo y el refinado sensualismo de Parmigianino.
Los embajadores de Felipe II trataron de hacer venir a España, sin conseguirlo, a Tiziano y a Tintoretto, pero sí obtuvieron que trabajara en El Escorial Federico Zuccaro, que dejó en el retablo mayor algunos lienzos un tanto fríos; vuelto a Roma, pintó frescos con su hermano Taddeo en la Villa Farnesio de Caprarola y fue príncipe de la Academia (1577). Le sucedió como autor de otros lienzos en el retablo escurialense y los frescos del claustro de los Evangelistas el boloñés Pellegrino Tibaldi, ya citado como arquitecto, que en el Palacio Poggi de Bolonia (h. 1555) había dejado en sus gigantes olímpicos muestras de mayor talento, y también en Roma, asociado con Volterra, con sus grandilocuentes escorzos de inspiración buonarrotesca, que le valieron el dictado de Miguel Angel reformado. Su obra cumbre en España es la bóveda de la Biblioteca de El Escorial.

También actuaron aquí manieristas como el arquitecto lombardo Giambattista Castello, llamado el Bergamasco por su ciudad natal (h. 1509-1569) que se ha relacionado con El Escorial y erigió el Palacio del Viso del Marqués, decorado con frescos de otro italiano, J. B. Peroli, genovés. Asimismo, de Génova era Luca Cambiaso (1527-1585), que pintó en El Escorial, donde murió, algunas bóvedas de la basilica y el coro; mostró inclinación por los cuadros de noche y en sus dibujos adivinó el futuro geometrismo de los cubistas.

Otro emigrante lombardo, el milanés Giuseppe Arcimboldo (h. 11527-1593), llevaría al norte de los Alpes, esta vez a la corte del emperador Rodolfo II en Praga, los caprichos de sus bodegones antropomorfos, modernamente aclamados como antecedentes por Dalí y los surrealistas, como La Primavera de la Academia de San Fernando de Madrid, su único lienzo de capriccio existente en España.