Comentario
Las opciones italianistas conformarán en Flandes, frente a las alternativas naturalistas, una importante producción de pintura manierista, sobre la que incidirá también la Escuela de Fontainebleau, durante la segunda mitad del siglo XVI fundamentalmente, prolongando su actividad a lo largo de varias décadas del seiscientos. Sus centros más activos van a ser Utrecht, Leiden y, sobre todo, Haarlem y Amberes. Con una figuración cada vez más sofisticada, compleja y de sentido progresivamente más irreal y enigmático, desarrollan su actividad artistas como Frans Floris de Vriendt (hacia 1517-1570) o Jan Metsys (1505-1575), aún mesurados y con notas realistas en sus obras; así, del último pintor citado, su Venus Cytherea presenta como fondo la bahía de Nápoles y su Flora (1560-1570), la ciudad de Amberes, en un claro intento de exaltar la imagen del próspero emporio del Escalda; ésta se recorta emblemáticamente al fondo de la composición, que es presidida en primer plano por la fría belleza de la protagonista mitológica, de marcada concepción dibujística.
El carácter erudito del Manierismo flamenco viene representado por un Jan van Scorel y, sobre todo, por Martin o Maerten van Heemskerck (hacia 1498-hacia 1574) que, en relación con el citado foco de Haarlem y, más que nada, con las denominadas cámaras de retórica flamencas, elabora sus ciclos de pintura mitológica y sus series de grabados de Trionfi, todo cargado de un exceso de erudición arqueologicista, con pretensiones filológicas que van a suponer el agotamiento de la propia alternativa plástica.
Pintores como Cornelis Cornelitz (1562-1638) o Abraham Bloemaert (1564-1651) son los epígonos de esta línea manierista ya en pleno siglo XVII, con obras de una gran complejidad formal y temática mitológica, de escasa inventiva y resultados modestos.
Más interesante y de mayor alcance van a ser Bartholomeus Spranger (1564-1611) y su obra; formado en el foco de Amberes, pasa muy joven a Francia, donde trabajará con Il Primaticcio y Niccoló dell'Abbate en Fontainebleau, para viajar luego por Italia hasta 1575, fecha en que entra al servicio del emperador Maximiliano II en Viena, para pasar luego a Praga con Rodolfo II. Su obra, grabada por Hendrik Goltzius a partir de 1585, será muy valorada en Flandes y alcanzará una gran difusión, a la que no fue ajeno el pintor-tratadista Karel van Mander, conocido como el Vasari nórdico. De este modo, Spranger fue "profeta en su propio país", constituyéndose en el último revulsivo manierista en Flandes, pero por esta vía indirecta.