Época: Alemania
Inicio: Año 1700
Fin: Año 1750

Antecedente:
Las residencias de los príncipes

(C) José María Prados



Comentario

Fueron los Dientzenhofer una familia de arquitectos, oriundos de Aibling en la Alta Baviera, que se afincaron en Praga, en donde fijaron las bases del original barroco bohemio. Cristoph y su hijo Kilian Ignaz permanecieron allí toda su vida, pero otros miembros de la familia, Georg, Leonhard y Johann pasaron a Alemania difundiendo su estilo por Franconia. Poco después, el testigo fue tomado por el arquitecto Balthasar Neumann que con sus soberbios edificios colocó a esta región en un destacado lugar dentro del arte germano del siglo XVIII.Dominaba Franconia en esta época la familia principesca de los Schönborn, personajes cultivados, amantes de lo francés, pero, al contrario de lo que le ocurría a su vecino elector de Baviera, satisfechos de su fidelidad política y cultural con el Imperio Austriaco y orgullosos de ser propagadores del gusto germano como gustaba decir uno de ellos. Los importantes puestos que ocuparon les permitió influir en el camino que debería tomar la arquitectura a partir de entonces.Entre sus miembros merece destacarse en primer lugar Lothar Franz, conde de Schönborn, obispo de Bamberg desde 1693 y elector de Maguncia desde 1695. Pero sus sobrinos no le fueron a la zaga en su interés por el arte; fueron Johann Philip Franz, príncipe obispo de Wurzburgo en 1719, Friederich Karl, vicecanciller del Imperio y luego, en 1729, príncipe obispo de Wurzburgo; Damián Hugo, elector de Spira en 1719 y Franz Georg, elector de Tréveris en 1729.La influencia francesa queda manifiesta a principios de siglo cuando el obispo de Bamberg encarga a su arquitecto, ingeniero de fortificaciones, la construcción de una residencia que bautiza con el nombre de La Favorita. Los pabellones colocados como alas en cada lado eran un fiel recuerdo del palacio de Marly. Con el nombramiento como arquitecto a su servicio de Leonhard Dientzenhofer y sobre todo con su hermano menor Johann, que le sucede en el cargo, se produce un cambio de rumbo en los gustos del obispo, que se verá cada vez más atraído por las nuevas ideas aportadas por los bohemios, aunque sin que ello significara un total olvido del arte francés.Johann Dientzenhofer (1673-1726) nació en Aibling aunque se formó en Praga y luego en Italia en donde se familiarizó con el barroco romano. Esta influencia se descubre en la primera obra que realiza a su vuelta a Alemania: la catedral de Fulda (1704-12), construida sobre el emplazamiento de una antigua iglesia. Adopta el modelo de Borromini para San Juan de Letrán e incluso dispone un baldaquino, recuerdo del de Bernini en San Pedro. Poco después, en un edificio religioso, la iglesia abacial de Banz, y en otro civil, el palacio de Pommersfelden, quedan fijadas definitivamente las características de su estilo.La antigua abadía benedictina de Banz, fundada a finales del siglo XI alcanzó un nuevo periodo de florecimiento en los últimos años del siglo XVII y gran parte del siguiente. La mayor parte de los edificios conventuales se encargaron a Leonhard Dientzenhofer, pero la iglesia construida entre 1710 y 1719 es obra de su hermano menor Johann. En ella culminan los experimentos espaciales que habían sido iniciados por esta familia de arquitectos en Praga con la iglesia de San Nicolás de Mala Strana. La planta de la nave está formada por dos óvalos transversales, enlazados por otro central más pequeño, más dos secciones de óvalo en los extremos de dicha nave. Se crea así una sucesión rítmica de intervalos anchos e intervalos estrechos, que se completa con las capillas laterales también ovales.La complicación aumenta cuando dirigimos nuestra mirada a lo alto: las tribunas onduladas y las pilastras colocadas al través cuestionan el valor del muro como elemento de cierre y las bóvedas, cubiertas por grandes frescos, dibujan espacios que no se corresponden exactamente con los óvalos de la planta. El resultado es la contracción y expansión simultánea de unidades espaciales, desarrollo de los experimentos sobre la compenetración de los espacios del italiano Guarino Guarini y que serán llevados a sus últimas consecuencias por Neumann en la vecina iglesia de Vierzehnheiligen. La conexión de esta nave con un largo y estrecho presbiterio que conduce al altar mayor se señala por dos retablos colaterales adosados a aquellos muros al través antes comentados. Cumplen una doble misión: por un lado, al quedar asociados a los otros retablos de las capillas laterales ayudan a dar la impresión de un espacio centralizado; por otro, su colocación produce un foco óptico unitario con el altar mayor, convirtiéndose en el punto capital de atención desde que se entra en la iglesia.En 1711 se inicia, por encargo del elector y obispo Lothar Franz de Schönbom, la construcción del palacio de Pommersfelden, en el que se da un paso decisivo para crear, sin renunciar a la influencia francesa o italiana, el tipo característico del palacio alemán del XVIII. Se dispone el conjunto en forma de U, con su patio de honor a la francesa, pabellones resaltados en los ángulos y un gran pabellón central. Comprendía éste un salón imperial, una sala baja y una monumental escalera, idea, al parecer, del propio obispo, aficionado a la arquitectura como otros tantos nobles contemporáneos. Presentó un proyecto al arquitecto francés Boffrand, que se limitó en realidad a alabarlo aduladoramente, y al austriaco Hildebrandt, por medio de su sobrino Friederich Karl, en aquel entonces vicecanciller del Imperio.Hildebrandt, que estaba urdiendo su proyecto del palacio del Belvedere vienés, corrigió el defecto del excesivo espacio que se concedía a la escalera en el dibujo del obispo, sugiriendo la colocación a su alrededor de una galería de tres pisos. De esta forma, sin perder el carácter monumental, el espacio quedaba racionalizado, manteniendo un equilibrio lógico con el resto de la construcción. Johann Dientzenhofer, aun siguiendo en términos generales el modelo de palacio austriaco, le da un carácter mucho más plástico, más expresivo y con soluciones más dinámicas, a semejanza de lo que hacía su familia en los palacios bohemios. En Pommersfelden quedan fijadas las pautas del que será el palacio más importante de los Schönborn, el palacio episcopal de Wurzburgo.