Época: Alemania
Inicio: Año 1700
Fin: Año 1750

Antecedente:
Balthasar Neumann y el palacio de Wurzburgo

(C) José María Prados



Comentario

Balthasar Neumann no sólo fue uno de los grandes creadores de la arquitectura palaciega alemana sino que también fue sobresaliente su participación en la arquitectura religiosa. De su producción -ya hemos citado la capilla palatina de Wurzburgo- destaco la iglesia de Vierzehnheiligen, como ejemplo de iglesia de peregrinación y la de Neresheim, como tipo de iglesia conventual.La primera se construyó en honor de los catorce santos intercesores (Vierzehnheiligen) que según la tradición se habían aparecido junto al Niño Jesús en el siglo XV a un pastor. El abad del monasterio de Langheim encargó el proyecto de una iglesia de planta central, con el altar de los catorce santos en medio, al arquitecto protestante Gottfried Heinrich Krohne, pero el obispo de Bamberg, Friederich Karl de la familia Schönborn impuso al suyo, es decir, a Neumann. Hizo éste un primer proyecto de planta de cruz latina cuya ejecución fue iniciada en 1743 por el referido Krohne, quien desvió la cabecera excesivamente al este. El efecto fue que el altar de los santos que debía estar en el centro del crucero quedaba situado en la nave. La respuesta ofrecida a este problema por Neumann en 1744 dio lugar a una de las iglesias más originales del arte alemán del siglo XVIII.El exterior, como una basílica de cruz latina con fachada entre dos torres, no deja adivinar la riqueza interior. La planta está formada por tres óvalos de distinto tamaño en la nave y dos círculos formando el crucero, pero el punto focal no se encuentra aquí sino en medio del óvalo central en donde está el decorado altar de los santos. El resultado es un juego impresionante de interpenetraciones espaciales más complicado aún que el que habíamos visto en el vecino monasterio de Banz. Allí Dientzenhofer había limitado las compenetraciones sincopadas a una planta longitudinal, aquí Neumann lo aplica a un organismo mucho más complejo en que se une un espacio elíptico centralizado con una cruz latina. La solución era la de un consumado arquitecto, muy diferente a las de los maestros de obras del sur de Alemania.El espacio interior fue además enriquecido por los frescos de Giuseppe Appiani, pintor del elector de Maguncia y los estucos de Johann Michael Feuchtmayer y Johann Georg Übelher. El gran altar del centro de la nave de los Catorce Santos fue diseñado por Jakob Michael Küchel, quien también supervisó la obra siguiendo las ideas de Neumann, pues no en vano había trabajado con él en la corte de Bamberg.En la iglesia de la abadía benedictina de Neresheim, obra de madurez, presenta con toda claridad su idea acerca de la fusión de planta central y planta longitudinal. La nave se organiza a base de cinco óvalos, cuatro transversales, dos a cada lado y uno central, más grande y dispuesto longitudinalmente. A éste se agregan otros dos más pequeños que forman el crucero. Las naves laterales se han convertido en dos estrechas galerías separadas de la nave principal por soportes dispuestos al través y que nuevamente producen los espacios compenetrados en un continuo dinamismo de expansión y contracción. No pudo Neumann ver terminada su obra y tras su muerte se cubrió la iglesia con bóvedas más ligeras con una estructura de armazón metálica, frente a la piedra con que pensaba hacerlo el maestro.