Época: China3
Inicio: Año 1644
Fin: Año 1911

Antecedente:
Porcelana qing: arte y comercio

(C) Virginia Tovar Martín



Comentario

Considerados como recuperación del pasado, los tipos monocromos gozaron de gran popularidad durante la dinastía Qing. Se imitaron especialmente los guau y ding de las dinastía Song con sus efectos de craquelado, a los que se añaden nuevas técnicas decorativas, como el flambeado. Los monocromos se suelen clasificar atendiendo a la temperatura que necesitan sus componentes en el horno, esto es alta, media o baja temperatura. Los de alta temperatura (1.500-1.300° C), incluyen los rojos, marrones y negros procedentes del óxido de hierro en oxidación; el amarillo, turquesa, verde y morado, aplicados sobre bizcocho, son de temperatura media (1.300-1.150° C), mientras que los esmaltes amarillo, verde y rojo necesitan para su cocción una temperatura baja (1.150-800° C).
Entre los monocromos tratados a altas temperaturas destaca por su fuerza y belleza el rojo intenso. Si bien su nombre chino es el de Langyao por ser la familia Lang quien redescubre su técnica, en el mundo occidental se conocen con el nombre de sangre de toro. El rojo procede del óxido de cobre, aplicado sobre gres y sometido a una segunda cocción próxima a los 1.350° C, que produce ligeros craquelados en su superficie y una variedad de tonos, dependiendo de la cantidad de óxido de hierro que contengan. Algunos de estos desajustes técnicos fueron aprovechados por los alfareros como efectos decorativos, por lo que es frecuente observar en estas piezas cómo los labios no han quedado totalmente cubiertos por los barnices, produciendo un hermoso contraste el rojo del cuerpo con la blancura de sus labios. Estas piezas solían ser de tamaño mediano, reservándose para las de menor tamaño el color llamado rojo melocotón, cuya aplicación presentaba mayores dificultades técnicas.

Los colores que necesitan una temperatura media en su cocción -amarillo, turquesa, verde y morado- se aplicaron sobre bizcocho, esto es, cuando la pasta cerámica no ha alcanzado el grado de calidad de la porcelana, presentando un aspecto poroso. Se aplicaron tanto sobre piezas de gran tamaño como sobre aquellas de reducidas dimensiones. Como en el caso de los restantes colores, la gama cromática se amplía en una variedad de sutiles tonalidades. Así las piezas amarillas, generalmente asociadas al emperador, adquieren tonos limón, mostaza, cáscara de castaña..., mientras que las piezas verdes pueden ser oliva, espinaca, hoja de camelia...

Los colores cocidos a baja temperatura (800° C) o en horno de mufla, proceden de esmaltes cuya tradición se inició en la dinastía Ming. Durante la dinastía Qing los alfareros los aplicaron a los colores de las familias decorativas, especialmente la Familia Rosa y la Familia Verde. Entre estos colores cabe citar los rojos, negros y marrones de óxido de hierro; los rosas y púrpuras de cloruro de oro, morados de manganeso o los blancos de arsénico.