Época: Batalla por Berlín
Inicio: Año 1945
Fin: Año 1945

Antecedente:
Los últimos días de Hitler

(C) Virginia Tovar Martín



Comentario

Pero si Hitler estaba en mejor situación que nadie para conocer la tremenda realidad de la derrota, ¿por qué mantenía la lucha? y, sobre todo, ¿por qué la condujo de aquella manera? Sus múltiples biógrafos tienen muy variadas respuestas para ambos interrogantes. Pero hay una serie de coincidencias generales:
Hitler esperaba una ruptura entre los aliados. Para él era evidente que Londres y Washington estaban más cerca ideológicamente de Berlín que de Moscú y, sobre todo que Gran Bretaña y los Estados Unidos deberían contar con Alemania el día que rompieran con su aliado soviético. El 2 de abril, Hitler entregó a Bormann la última reflexión personal que se conoce:

"Con la derrota del Reich y el resurgimiento de los nacionalismo en Asia y, África y, quizás, en América, en el mundo quedarán solamente dos grandes potencias capaces de enfrentarse: Estados Unidos y la Unión Soviética. Las leyes históricas y geográficas obligarán a estos dos países a entrar en un duelo de fuerzas, ya sean militares o en el campo de la economía o de la ideología. Estas mismas leyes hacen inevitable que las dos potencias lleguen a ser enemigos de Europa. Y actualmente es evidente que estas dos potencias, tarde o temprano, verán la conveniencia de buscar la ayuda de la única gran nación sobreviviente en Europa, el pueblo alemán".

Pese a que esta nota es muy tardía y que en ella Hitler ya habla de derrota, aún a esas alturas mantenía la esperanza de la ruptura entre los aliados. En aquellos días jalonados de malas noticias militares y de pavorosos bombardeos aéreos, Goebbels recurría a la astrología en busca de esperanzas.