Época: Periodo prerromano
Inicio: Año 600 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Siguientes:
Historia de las investigaciones
El problema de las fuentes
Delimitación actual de las áreas
Bibliografía sobre las áreas culturales de la P. Ibérica prerromana



Comentario

En el año 218 a.C. en el transcurso de la Segunda Guerra Púnica desembarcaron por primera vez en la Península Ibérica al mando de Cneo Cornelio Escipión, utilizando como cabeza de playa a Ampurias, y durante prácticamente dos siglos de conquista (las Guerras Cántabras, realizadas contra los últimos pueblos sin conquistar de la Península Ibérica, cántabros y astures, terminaron oficialmente en el año 19 a.C.), los romanos en sus continuos avances y retrocesos en Hispania encontraron una gran variedad de pueblos con distintos orígenes y estructuras (sociales, económicas, políticas, religiosas, etc.), así como en distintos estadios de evolución, desde los más cercanos a sus propias formas organizativas desde el punto de vista político, como se ha visto reiteradamente con los habitantes de, a grandes rasgos, la actual Andalucía y el Levante hasta Cataluña y el valle medio del Ebro, hasta aquellos otros cuyas formas organizativas eran más cercanas a realidades preciudadanas, es decir, no políticas, como eran, en general, los pueblos que tradicionalmente se han incluido dentro de la denominada área céltica (o no ibera, por oposición a las poblaciones iberas, que indistintamente se denomina ibera o ibérica y así lo haremos nosotros también), llamada en la actualidad indoeuropea con una base esencialmente lingüística. A esto hay que añadir que la conquista, que, como hemos dicho, duró dos siglos con avances y retrocesos incluidos, influyó decisivamente en el grado de evolución de las comunidades indígenas, ya sea por la propia relación pacífica entre estas comunidades y los romanos, ya sea por la posible conjunción de intereses de estas comunidades para oponerse a los romanos. Estas estructuras organizativas distintas y la misma época distinta de contacto con los romanos, junto con el desarrollo histórico anterior de estas comunidades, dieron como resultado el que, en el momento de la conquista, que es el momento a que se refiere la mayoría de las fuentes greco-latinas de época clásica, las formas organizativas de los pueblos que vivían en las distintas áreas que podemos denominar histórico-culturales de Hispania no sean iguales.
Durante lo que se ha dado en llamar época protohistórica peninsular, y más concretamente desde el siglo XI hasta incluso el III a.C., en la Península Ibérica se está realizando un proceso de desarrollo histórico en el que intervienen distintos factores, unos de carácter externo, como son las influencias transpirenaicas, las denominadas invasiones indoeuropeas, aunque, como se verá más adelante, este término esté últimamente bastante en discusión, las influencias mediterráneas, más concretamente el proceso colonizador, fenicio y griego, que tiene sobre todo influencia en el Sur y el Levante peninsular, donde luego se desarrollará el llamado mundo ibérico, que no es uniforme, pues en él se pueden diferenciar claramente una zona ibérica septentrional y otra meridional, así como influencias atlánticas, sobre todo en la zona occidental de la Península.

Todos estos movimientos e influencias sitúan a la Península Ibérica en los procesos históricos que se están realizando en estos momentos en el mundo mediterráneo y en el continente europeo en general.

Pero, junto a ellos y sin una menor importancia, hay que tener en cuenta dentro del proceso de formación histórica del mundo que encuentran los romanos cuando conquistan la Península Ibérica la propia evolución interna de las poblaciones indígenas, en la que tienen especial importancia la influencia de la cultura tartésica, sobre todo en la zona suroccidental de la Península, y el propio desarrollo interno de las comunidades establecidas. Lo veremos más concretamente en capítulos posteriores, cuando analicemos el proceso de formación histórica de cada una de las áreas histórico-culturales.