Época: Al-Andalus omeya
Inicio: Año 711
Fin: Año 1031

Antecedente:
El gobierno de Abd al-Rahman I



Comentario

No se sabe prácticamente nada de la evolución política interna del reinado del primer soberano omeya en Córdoba, salvo las indicaciones sobre las revueltas, aparentemente confusas, que se acaban de examinar. Aprovechando hábilmente su prestigio personal y la fidelidad de algunos cientos de clientes de su familia que habían entrado en la Península antes de su llegada, utilizando en su favor las rivalidades entre las grandes etnias árabes, trabando alianzas complementarias con los beréberes, el inmigrado logró, en primer lugar; mantenerse en el poder a pesar de las revueltas.
Al parecer, hacia la mitad de su reinado desplegó esfuerzos importantes para hacerse independiente del yund, organizando una fuerza permanente de beréberes mercenarios y esclavos (para la que al-Maqrizi da la cifra, probablemente exagerada, de unos 40.000 hombres). En los últimos años, dotó a Córdoba de una gran mezquita y de un qasr principesco en lugar del dar al-imara de los primeros gobernadores.

Con él se empiezan a organizar no ya simples oficinas administrativas dirigidas por secretarios o kuttab, sino un verdadero gobierno cuyos superiores eran los hayib/s y los visires. La organización y puesta en marcha de estas estructuras estatales suponen medios financieros. El nivel regularmente creciente de las emisiones monetarias atestiguan el éxito de una política que permitía un aprovisionamiento suficiente del tesoro público, probablemente a través del reforzamiento regular del control administrativo, especialmente el fiscal sobre el territorio de al-Andalus.