Época: Reconquista
Inicio: Año 1000
Fin: Año 1300

Antecedente:
Arte y cultura



Comentario

La ciencia y la cultura fueron hasta el siglo XII patrimonio exclusivo del clero, que había logrado mantener un cierto nivel cultural a través de las escuelas monásticas y episcopales, pero la limitación al campo exclusivamente religioso y el rígido control que la jerarquía mantiene sobre la enseñanza, equiparada a la predicación, aleja de estos centros a los laicos y hace de las escuelas centros de conservación más que de creación del saber. Los contactos con el mundo y la cultura griega, directamente o a través de los musulmanes, amplían el campo de la cultura; la difusión del Derecho Romano y su utilidad para monarquías y principados hacen que su estudio sea favorecido por el poder civil, y la nueva situación económica de Europa, con un desarrollo importante en los siglos XI y XII, permite que un grupo relativamente importante de personas abandone las ocupaciones tradicionales para dedicarse al estudio, para ampliar sus conocimientos más allá del mundo religioso-eclesiástico.El movimiento intelectual se inicia en los círculos eclesiásticos en los que existe una tradición estimulada por concilios como los de Letrán de 1179 y 1215, que ordenan haya en cada catedral un maestrescuela que se encargue de la enseñanza gratuita de los clérigos; las Constituciones de los cabildos catedralicios facilitan la asistencia a las escuelas famosas al mantener los derechos económicos de quienes acuden a estudiar como si estuvieran presentes a los oficios; y sínodos y concilios peninsulares como los de Valladolid de 1228 y 1322 hacen obligatorio el estudio y ordenan que "en todos las diócesis, donde y como creyeren los prelados... se establezcan maestros de gramática. En las ciudades más importantes se pondrán profesores de lógica, asignándoles los prelados sus salarios de las iglesias más inmediatas. En los lugares mayores en donde existen monasterios opulentos o colegiatas se pondrán maestros de gramática..."Las nuevas escuelas no se sitúan sólo en las catedrales y monasterios sino allí donde alguien tiene alguna cosa que enseñar; los maestros oficiales son abandonados cuando su ciencia no está a la altura requerida y los estudiantes se desplazan siguiendo al maestro de prestigio. Más importante que esta pérdida de respeto es el nuevo espíritu que anima a estudiantes y maestros: unos y otros no se conforman con la repetición, sino que utilizan la dialéctica, el razonamiento; la sumisión cultural, lógica mientras la enseñanza se limita a la verdad revelada, ha sido sustituida por la libertad de pensar, por la independencia aunque su triunfo no sea total y la inercia lleve en muchos casos a aceptar sin discusión lo que otros han pensado, a mantenerse fieles al principio de autoridad.La primera universidad hispánica o la primera escuela catedralicia capaz de atraer a estudiantes de otros lugares parece haber sido la de Palencia, conocida desde los años finales del siglo XII y reconocida y confirmada en 1212 por Alfonso VIII, que lleva a Palencia maestros de Francia e Italia y les paga con largueza, según el arzobispo toledano Rodrigo Jiménez de Rada. La muerte, dos años más tarde, de Alfonso VIII dejó sin recursos a esta primera universidad hasta que en 1220, a petición de Fernando III, el Papa cedió por cinco años las tercias de los diezmos correspondientes a las iglesias diocesanas para con ellas pagar a cuatro maestros que explicasen Teología, Decretos, Lógica y Gramática. La renovación del privilegio cinco años más tarde no resolvió los problemas económicos de Palencia y su importancia pronto quedó eclipsada por la Escuela-Universidad fundada en Salamanca en 1218 por Alfonso IX de León, quizá para no depender en este campo de Castilla. Esta primera fundación será refrendada en 1254 por Alfonso X quien, en las Partidas, establece un plan completo de lo que debería ser un estudio general, una universidad o "ayuntamiento de maestros e de escolares" para enseñar y aprender artes, gramática, lógica, retórica, aritmética, geometría, música y astronomía (el Trivium y Quadrivium clásicos), ciencias a las que se añade el Derecho al disponer que haya "maestros de decretos e señores de leyes", cuya importancia dan a entender los salarios que perciben: trescientos y quinientos maravedíes frente a los doscientos que reciben los maestros de lógica, gramática y física de la Universidad salmantina. A mediados del siglo XIII se crea la Universidad de Valladolid, la de Sevilla en 1254, la de Lisboa-Coimbra en 1290 y la de Lérida en 1300.