Comentario
Prueba de la consideración que tenía el emir almorávide hacia Algazel y al-Turtusi fue la petición de fatua o sentencia religiosa que les solicitó para seguir adelante en su tarea de defender el Islam contra los musulmanes que lo mancillaban, trasgrediendo sus leyes, y contra los cristianos que lo amenazaban. Tras la victoria de Zallaqa en 1086, Ibn Tasufín rechazó la oferta de adoptar el título de Emir de los Creyentes, aferrándose en su convicción de que este título era propio del Imam, el Califa de Bagdad, y que él adoptaría, para formar parte de la Umma ortodoxa, el título de Príncipe de los Musulmanes, Defensor de la Fe y Delegado del Príncipe de los Creyentes. En este sentido habría probablemente encargado al jurista andalusí Abdallah ibn al'Arabi y al hijo de éste, Abu Bakr, que solicitaran de Bagdad su reconocimiento oficial como delegado del Califato en el occidente islámico, ya que él había cumplido con todos los requisitos de un buen emir musulmán ortodoxo: durante cuarenta años había luchado por imponer el respeto al Califa en los territorios que ocupaban los almorávides; en 2.500 púlpitos se hacía la oración en nombre del Califa, no había cejado en llevar al-Yihad a tierras cristianas, recuperando fortalezas que les habían sido arrebatadas a los musulmanes; era un emir justo, que no recaudaba más que los impuestos legales; todos los caminos de su comunidad estaban seguros y sus monedas eran absolutamente de ley y estaban acuñadas con el nombre del Califa.Este, el Califa abbasí al-Mustazhir bi Allah, mandó su respuesta afirmativa reconociendo el Emirato almorávide en una carta firmada por él con fecha de junio de 1098. Estaba acompañada por otro documento, expedido por el visir selchuqí Mohamad ibn Muhamad ibn Gahir, al-wazir agachal, lo que denota claramente que era este último el que ejercía el poder real. Algazel apoyó también a Tasufín en esta solicitud de reconocimiento formal y justificó así la invasión de al-Andalus: "...en estas tierras sufrían los musulmanes humillaciones y oprobios... afligidos" (a causa de los cristianos) por el cautiverio, muertes y depredaciones, consiguiendo vejarles, habida cuenta de las disensiones entre aquellos reyes rebeldes que intentaban conseguir todo el poder y se combatían por ello... " Y llevaron las cosas al extremo de recurrir a los cristianos, en su afán de atacarse... Les descubrían todos los secretos... A Yusuf, Dios, ensalzado sea, le concedió erradicar a los cristianos, apartarles de la tierra musulmana..." Algazel debió tener buenas relaciones con el Emir almorávide y tuvo la intención de visitarle en su capital, pero la muerte sorprendió a Tasufín en el año 1106, dejando como heredero a su hijo Alí. Buena muestra de la influencia que sobre Ibn Tasufín tuvo también al-Turtusi es una carta que le escribió en estos términos: "Debes saber, oh Abu Ya'cub, que no se comete un adulterio en tus dominios, en toda la extensión de tu Imperio ni a lo largo de tu vida, sin que seas el responsable de ello y el reo de su pecado. Tampoco ingiere su bebida un borracho, sin que dejes de ser el responsable de ello. Ni se lesiona el honor de un musulmán, sin que a ti se te reclamen cuentas. Ni se opera con usura, sin que tú seas requerido. Y así con todos los pecados, pues todas las prohibiciones de Dios que sean transgredidas, a ti serán reclamadas, ya que tienes poder para cambiarlas. Y de las cosas que queden ocultas, sin que ningún musulmán las vea, de esas serás eximido, si Dios, ensalzado sea, quiere". Estas recomendaciones de Algazel y al-Turtusi legitimaban el objetivo almorávide: introducir reformas religiosas, sociales y fiscales tras haber parado el avance cristiano y encarcelado, asesinado o exiliado a los reyezuelos corruptos. Yusuf ibn Tasufín y su hijo Alí intentaron dar un vuelco total a la situación en los territorios musulmanes de la Península:A) la re-islamizaron, volviendo con mayor fuerza al rigorismo malikita, aplicando la saría. Había que guiar al pueblo hacia la dicha eterna a través del respeto y la práctica rigurosa de las enseñanzas coránicas. Por tanto, se debía reforzar el papel de los alfaquíes, verdaderos conocedores de esta ley; el propio emir daba ejemplo, recurriendo a su consejo. En este mismo sentido, algunos historiadores del período han creído ver ciertas prácticas democráticas en los almorávides, puesto que sus dirigentes recababan la opinión de la comunidad antes de tomar algunas decisiones, ateniéndose así a los preceptos del Corán.B) Moralizaron la sociedad, castigando a todo aquel que se descarriaba. Recobró importancia el cargo del mohtaseb, cuyo cometido principal era imponer el Bien e impedir el Mal; sus obligaciones eran, entre otras: vigilar el desarrollo de la oración, cuidar del comportamiento de los fieles en la mezquita e impedir que fueran importunados en sus rezos; podía, además, intervenir en la vida privada de la comunidad, ya que le incumbía vigilar el respeto del ayuno y la limosna legal.C) Abolieron todas las cargas fiscales impuestas por los reyes de taifas sobre musulmanes, cristianos y judíos para obtener sus propios fines de poder y gloria. Se limitaron, en la primera etapa de su gobierno, a recaudar justo los impuestos estipulados en el Corán.