Comentario
Es quizá uno de los monumentos más sugestivos de Emporiae, sobre todo en lo que atañe a su bien conservado tramo meridional, el cual nos permite comprender de una forma perfecta su modo de construcción. Fue levantada en torno al año 100 a. C. con una finalidad más bien delimitadora del pomerium, o territorio propiamente urbano de la ciudad, contrapuesto al ager, o territorio agrícola circundante, que defensiva. Su nula capacidad poliorcética se evidencia por su escasa altura, de unos 3 m por término medio, la ausencia de torres y la simplicidad de sus entradas, en absoluto fortificadas. En relación a estas últimas, hay que señalar que la principal, nada monumental dicho sea de pasada, se ubica en el centro del lienzo meridional y que en ella se origina el kardo maximus que conduce directamente al foro; mientras que la segunda, atípica, se encuentra situada en el ángulo sudoeste y de ella se supone que parte una vía diagonal conducente también al complejo foral.
Su construcción se llevó a cabo sirviéndose de una técnica mixta que combina la utilización del opus siliceum en la base y el opus caementicium en la parte superior, sistema que permitía reducir los costos al precisar un menor uso de la piedra tallada. En su ejecución, primero se edificó un zócalo de doble paramento relleno de piedra y tierra, levantado mediante la utilización de sillares poligonales calizos cuyos frentes no desbastados traducen una voluntad de ahorro de trabajo; luego, por encima de aquel, se situó un segundo cuerpo de hormigón encofrado hecho a base de cal y de duna consolidada desmenuzada, posteriormente relleno con tierra y piedras.
Desde el punto de vista de la conservación cabe decir que si el tramo meridional se mantuvo en aceptable estado fue porque, protegido por la duna por él mismo generada, permaneció en gran parte oculto, lo que impidió el saqueo de su parte pétrea. De los otros tres tramos, el de levante ya fue desmontado en época romana, inmediatamente después de la creación del municipio romano, al dejar de tener la función de limitar el pomerium por este lado. En cambio, los tramos septentrional y de poniente fueron lisa y llanamente saqueados ya desde el momento en que la ciudad fue abandonada. Desde un punto de vista estilístico y técnico, la muralla de Emporiae constituye un magnífico ejemplo extraitálico del uso del opus siliceum asociado al opus caementicium, propio de la poliorcética centroitálica de los dos últimos siglos republicanos.