Época: Conquista América
Inicio: Año 1492
Fin: Año 1492

Antecedente:
El "Nuevo Mundo"

(C) 1995-1997 Maria Luisa Laviana Cuetos



Comentario

Buena parte del área mesoamericana, vale decir casi todo el México actual y parte de Centroamérica, estaba dominado por los aztecas o mexicas, pueblo guerrero que había penetrado en la zona a mediados del siglo XII y tras un largo período de continuas luchas con los otros pueblos, logran imponerse a partir de 1430. Al tiempo de la conquista española, su capital México-Tenochtitlan era un impresionante centro administrativo de un complejo conglomerado político que suele denominarse como imperio o confederación de señoríos, en el cual los pueblos sometidos tenían diversos grados de dependencia -en relación con la forma en que se había producido la anexión- o incluso eran independientes salvo por su obligación de tributar. De costa a costa, la mayoría de los pueblos reconocían el dominio azteca, que sin embargo parecía haber alcanzado su máxima expansión, y había pueblos que escapaban a su control, como los tarascos de Michoacán, los mixtecos de Oaxaca o los tlaxcaltecas de la Meseta Central. Estos últimos habían generado además un odio profundo hacia los mexicas, con los que se veían obligados a luchar en las célebres guerras floridas, cuya única finalidad era hacer acopio de víctimas para sacrificar al dios Huitzilopochtli. Cortés sabrá aprovechar en su favor esta situación.
Un proceso similar se había vivido en los Andes Centrales donde a partir de 1438 (coronación de Pachacuti) se había ido formando uno de los mayores imperios territoriales de la historia, el Tawantinsuyu o Imperio incaico, con capital en Cuzco, que en menos de un siglo se extendió a lo largo de más de 4.000 kms, desde el sur de la actual Colombia (río Ancasmayo) hasta el centro de Chile (río Maule). Un verdadero imperio gobernado por un Inca o soberano deificado, con una economía controlada por el Estado, y una religión oficial y una lengua oficial -el quechua-, que se quiere imponer sobre una tremenda variedad de pueblos. El rápido éxito de los incas se volverá, sin embargo, en su contra: la extensión geográfica del imperio planteará graves dificultades para la administración y comunicación, y dificultará también la deseada integración cultural y lingüística, pese a la política de desplazamiento de poblaciones (mitimaes) y otras técnicas para facilitar la aculturación. La situación se complicó con disensiones internas dentro de la familia imperial, convertidas en una verdadera guerra civil entre Huascar y Atahualpa (hijos del Inca Huayna Capac), al tiempo de la llegada de Pizarro.

No tiene nada de extraño que sean precisamente estos dos grandes imperios centralizados, los que más rápidamente sean dominados por los españoles: para la mayoría de la población al principio se trataba sólo de un cambio de dominadores, algo que ya habían experimentado varias veces. Pero a la larga ese cambio resultará tan drástico que los pueblos indígenas, todos ellos, se convertirán en población dominada, perderán el protagonismo de su propia historia, y pasarán a una situación de decadencia que durará toda la edad moderna, y más.