Comentario
En la historia de las juntas del reinado de Felipe II tuvieron especial importancia la inicial Junta de Presidentes, formada para la reforma de materias hacendísticas en 1573 con Juan de Ovando como figura principal, y la llamada Junta de Noche, creada en 1585 y en la que entraban Juan de Zúñiga, Moura, Idiáquez, Chinchón y, como secretario, el omnipresente Mateo Vázquez de Lecca, quien hacía compatible esta función con el despacho de materias eclesiásticas, Patronato Real y Ordenes Militares.
Máximo hacedor de estas juntas y figura clave en el despacho de papeles del gobierno desde comienzos de la década de 1570 a su muerte ocurrida en 1591, Vázquez de Lecca terminó por convertirse en el más importante de los secretarios de Felipe II y, sin duda, el que más cercano estuvo al monarca. La confianza depositada en él llegó a ser tan grande que en algunos documentos de la década de 1580 es su mano y no la del rey la que escribe esas notas marginales o decretaciones en primera persona que tan características resultan en la forma de despachar el Rey Prudente.
La carrera de Mateo Vázquez muestra la dimensión trascendental que la documentación escrita alcanzó en el siglo XVI. En buena medida, puede decirse que su trayectoria en la corte pasó por el control de la información y de los papeles, propios y ajenos, en los que ésta quedaba recogida. Por ejemplo, a comienzos de 1579, Giovanni Battista Gesio le envió una carta informándole de los asuntos que estaba tratando con Antonio Pérez; el cosmógrafo italiano le rogaba que guardase el secreto -"Suplico a VS. me facci gracia far in modo che Antonio Pérez non venga a intendere che io l'habbia scritto". Mateo Vázquez apuntó al margen un esclarecedor: "Así convendrá y mucho menos (Gabriel del Zayas) lo sabrá y de mí ni ellos ni nadie del mundo".
Cuando Vázquez murió, los papeles que habían pasado por sus manos en tan larga carrera no siguieron el habitual camino del Archivo de Simancas, sino que permanecieron en la corte para que pudieran continuar suministrando información al gobierno de la Monarquía, que se decidía entonces, ante todo, en las juntas. Sin embargo, a sus papeles también recurrieron otros con la intención de sustentar nuevas pretensiones de acercamiento al rey e incluso de privanza en la corte, escenario del poder del Príncipe, pero también de la lucha política de los cortesanos.