Época: Reinado Carlos IV
Inicio: Año 1792
Fin: Año 1798

Antecedente:
Primer gobierno de Godoy

(C) Enrique Giménez López



Comentario

El asunto del conde de Teba, Eugenio de Palafox, era una constatación de la oposición aristocrática, cuyo líder seguía siendo Aranda, al escandaloso encumbramiento de Godoy, y del descontento por su política. Entre amplios sectores de la aristocracia se fue incrementando el encono hacia Godoy y la reina, ya que el primero era considerado un usurpador de las funciones tradicionales de la aristocracia, y el malestar por la manera de conducir la política internacional. El conde de Teba, hijo mayor de la condesa de Montijo, impulsora del movimiento parajansenista español y de talante reformista, redactó en 1794 su Discurso sobre la autoridad de los ricos hombres sobre el Rey y cómo la fueron perdiendo hasta llegar al punto de opresión en que se halla hoy para su lectura en la Academia de la Historia. Inspirado en los escritos aristocratizantes que habían corrido en Francia en vísperas de la Revolución, auspiciados por el movimiento neofeudal encabezado por el conde D'Antraigues, Teba en su Discurso ofrecía una nostálgica visión de los tiempos en que el poder de los reyes se hallaba limitado por la autoridad y la independencia de la alta nobleza, y afirmaba que la sujeción de ésta a la autoridad del rey no había sido buena para España, reivindicando un modelo de monarquía más equilibrada, en la que el monarca compartiese el poder con la aristocracia, cuya opinión se manifestaba en el sistema de Consejos. La incorporación de los Maestrazgos de las Ordenes Militares a la Corona durante el reinado de los Reyes Católicos; la supresión del Justicia de Aragón; la sustitución del auxilium al rey con las armas por el pago del tributo conocido como de lanzas; la pérdida de los empleos de condestable y almirante de Castilla, habían sido jalones en el retroceso del papel de la nobleza, que había culminado en el siglo XVIII. Según el conde de Teba, "hecho ya costumbre en ellos no tener empleo ni parte en el Gobierno, creyeron más con razón inútil el instruirse, se imposibilitaron de este modo de obtenerlos y se formó un círculo, el más perjudicial a ellos y a la nación. Esta es la lastimosa historia de los ricoshombres, abreviada en todo, pero más particularmente desde los Reyes Católicos".
El Discurso... era un intento de pulsar la opinión de Godoy sobre la eventual participación de la aristocracia en el gobierno, pero de inmediato quedó evidente la imposibilidad de entendimiento con Godoy, que ejercía una absoluta influencia sobre las personas reales. Su ejemplo fue seguido por otros escritos. En 1798, fray Miguel Suárez de Santander, escribió una Carta sobre la constitución del reino y abuso del poder, en el que intentaba demostrar que los reinos de España estaban, antes de los Reyes Católicos, "en el pleno goce de su libertad".

Las opiniones de Teba fueron consideradas subversivas, pues en el fondo subyacía una crítica al monarca por entregar su confianza a Godoy y una advertencia sobre los peligros que de ello se derivaban, y el conde fue condenado a exiliarse a Avila primero y más tarde a Cuenca, para ser denunciado en 1800 y 1802 a la Inquisición por libertino, criticar a las órdenes mendicantes y hasta "por tener en su casa una Venus muy obscena".

La purga política de septiembre de 1805, que afectó a su madre junto a más de 200 personas, entre ellas el duque del Infantado, más tarde figura central en el complot de El Escorial, impulsó nuevamente al conde de Teba a la conspiración y a ingresar en el incipiente partido fernandino, o "partido del cuarto del príncipe de Asturias", participando en todas las intrigas contra el valido que desembocaron en el motín de Aranjuez de marzo de 1808.