Comentario
El resultado de todas las decisiones desamortizadoras no logró sacar de la situación desesperada a una Hacienda hundida y agotada. A partir de 1806, los titulares de vales reales cobraban sus intereses con mucho retraso, que llegaba a superar una anualidad en 1808, los funcionarios percibían sus sueldos con meses de demora y las pensiones de viudez y jubilación se encontraban atrasadas en más de un año.
La situación de la Hacienda española en las fechas anteriores a la Guerra de la Independencia era realmente crítica. Sus ingresos ordinarios no alcanzaban los 500 millones de reales, mientras que los gastos estaban próximos a los 900 millones, a lo que había que sumar los 200 millones en réditos que devengaba la enorme deuda con interés acumulada. Josep Fontana es de la opinión de que el endeudamiento irreparable a que había llegado el Estado fue lo que decisivamente contribuyó a llevar a la monarquía absoluta por la senda de su quiebra definitiva.