Época: Reinado Isabel II
Inicio: Año 1833
Fin: Año 1868

Antecedente:
Economía en el reinado de Isabel II

(C) Germán Rueda



Comentario

Sabemos pocas cosas del comercio exterior. La escasez de datos es especialmente notoria hasta 1850. Las series estadísticas son breves y discontinuas. Como idea general se puede apuntar que su evolución corre pareja a la dinámica industrial y agraria: escaso crecimiento hasta 1854 y expansión desde entonces.
El comercio exterior estuvo, sobre todo, influido por la pérdida de parte de las colonias en esta primera mitad de siglo, pues absorbían más del 50% de nuestro comercio. A partir de 1830, y sobre todo desde 1840, se va rehaciendo (volverán a iniciarse contactos con las antiguas colonias). Se acelera en la década de 1850 sobre todo por influencia de la Guerra de Crimea, de la que España sale beneficiada. Francia e Inglaterra son, a partir de 1850, los países de destino de dos tercios de las exportaciones españolas, al tiempo que son sus proveedores más caracterizados.

El déficit en la balanza comercial será un hecho crónico en la economía española. La estructura del comercio exterior se caracteriza por el predominio en las exportaciones de materias primas (minerales) o agrícolas (especialmente vinos), lo que refleja el atraso económico español en relación con los países desarrollados durante la primera mitad del siglo XIX. Las importaciones presentan un cuadro menos homogéneo. En 1829, materias primas que España no tiene: azúcar, café, cacao, tabaco, pesca salada y tejidos. En 1840 las materias primas ya son, además de alimenticias, industriales (acero, hierro, cobre). Las de hierro decrecen en 1841 como consecuencia de la protección vasca. En la década de 1850 se importa trigo algún año (crisis de 1856), pero se hace muy evidente el aumento del hierro y carbón por el proceso de industrialización español.

La balanza comercial deficitaria se equilibra gracias a los saldos positivos del comercio colonial, la colocación de papel de la deuda exterior y la entrada de capitales extranjeros como aportación de base para la constitución de las más importantes sociedades anónimas.

La política de aranceles produjo una constante polémica ideológica entre el proteccionismo y el librecambismo, vinculada, además, a los intereses económicos regionales y a la coyuntura económica. Desde 1802 hasta la guerra de la Independencia se dan los primeros pasos para un arancel proteccionista moderno, suprimiendo el mercantilismo. Entre 1815 hasta 1841, cuando se han perdido la mayoría de las colonias, España sufre una etapa marcadamente proteccionista. Desde la década de los cuarenta comienza a ganar terreno el librecambismo, en medio de continuas controversias, aunque éste no estará vigente hasta el arancel de Laureano Figuerola de 1869.