Comentario
Han podido ser recuperados numerosos -pero nunca suficientes- textos literarios de Sumer y Acad. Escritos en tablillas de barro, han llegado hasta nosotros algunos textos que fueron depositados en bibliotecas o archivos, así como varios catálogos que incluían hasta 250 títulos.
Parece ser que en una primera etapa, hasta aproximadamente el 2600 a.C., los sumerios gozaron de una literatura oral, y sólo a partir de esa fecha comenzó a ser puestas por escrito. La lengua de los textos podía ser sumeria, acadia o bien se usaban las dos indistintamente. Los escritos lograron en general una alta calidad literaria, si bien se considera que los mejores textos pertenecen a la etapa postsumeria, es decir, algunos siglos después de desparecer la civilización sumerio-acadia.
Los textos abordaban temáticas diversas, desde lo mitológico hasta la literatura amorosa. Los primeros narraban relatos fantásticos de los dioses sumerios y acadios, como El descenso de Inanna a los Infiernos o el Mito del Diluvio. Entre la literatura épica es preciso citar el relato centrado en torno a Gilgamesh, del que se conocieron hasta siete variantes que son la base del poema de Gilgamesh. También se escribieron relatos sobre otros héroes como Enmerkar o Lugalbanda. Distinto es el texto llamado Los trabajos de Ninurta, poema de alto contenido moral y didáctico.
Para exaltación y honor a los dioses se concibieron numerosos himnos, entre los que destaca uno, escrito por la hija de Sargón, Enkheduanna, dedicado a la diosa Inanna. Importante también es el que cuenta la erección del templo de Eninnu, en el que su autor anónimo ensalza las virtudes de Gudea de Lagash.
Otro género, aunque menor en número, es el ensayo histórico, género en el que cabe encuadrar a la Estela de los buitres y el prisma que contiene la Lista real sumeria.
Las elegías sumerias narran las penalidades sufridas por este pueblo. Las más conocidas son Elegía por la destrucción de Lagash, Elegía por la destrucción de Ur y Lamento por Sumer y Ur.
Los poemas de amor estaban dedicados tanto a dioses (Martu, Dumuzi, Inana) como a reyes (Shu-sin). De gran calidad, trataban del matrimonio sagrado, una ceremonia que se repetía al comienzo de cada año.
Por último, hay que citar una literatura de corte didáctico, en la que abundan los proverbios, los argumentos o las instrucciones. En este apartado hay que destacar obras como El hombre y su dios, el Almanaque del agricultor o las Instrucciones de Shurupak.