Época: Grecia antigua
Inicio: Año 2800 A. C.
Fin: Año 146 D.C.

Antecedente:
Religión y mito

(C) Alvaro Cruz García



Comentario

Desde mucho tiempo atrás, los griegos consideraban que en Delfos, en un estrecho desfiladero, existía un lugar sagrado, un santuario. El mito explica el origen de Delfos cuando Apolo, bajo la apariencia de un delfín, salta a un barco cretense y empuja a la tripulación a seguirle y fundar un santuario. El lugar al que llegan pertenece a Gea por lo que, cuando Apolo se instale, deberá cederla un recinto. Pero antes deberá matar al ser que lo custodia, el dragón Pitón. La victoria final de Apolo se celebrará periódicamente con unos juegos, llamados píticos, que sirven además como elemento purificador.
Tras el triunfo del dios, en el lugar se levantan templos, a los que acudirán las personas que quieren saber sobre el futuro. Encargada de transmitir la información facilitada por el oráculo será la pitia, sacerdotisa purificada y con dotes especiales para ejercer como medium. Ésta debía subirse al trípode sagrado ubicado al fondo del abaton, donde los dioses se manifestaban por su cuerpo y su boca, siendo los sacerdotes los encargados de ofrecer una interpretación o exégesis.

Las profecías del oráculo de Delfos tuvieron un papel fundamental en el mundo helénico. La consulta al dios se hizo imprescindible para comenzar una empresa comercial, fundar una colonia o iniciar una guerra. Lógicamente, la información recibida por los sacerdotes de parte de los consultantes hizo que éstos tuvieran gran poder, pues guardaban en su mano la toma de decisiones de gran importancia. Herodoto señala que, durante las Guerras Médicas, los sacerdotes de Delfos propugnaron la rendición ante los persas, presagiando desastres y derrotas; sin embargo, los atenienses, partidarios de resistir, hicieron rectificar a los sacerdotes el sentido del oráculo, emprendieron la guerra y resultaron finalmente vencedores.

No fue ésta la única ocasión en que se manifestó un claro uso político del oráculo. La competencia y rivalidad entre las distintas poleis hizo que en ocasiones sus sacerdotes fueran acusados de favorecer a una de las partes en conflicto. La división del mundo griego queda de manifiesto en muchos de los exvotos que se sitúan junto a la vía sagrada, ofrecidos por una ciudad para agradecer la ayuda de los dioses en su victoria sobre otra.